Por Javier Molero / info@eurohoops.net
Derrota del Real Madrid en Atenas (85-70) ante un imperial Panathinaikos. Los campeones de la Euroliga tiraron de sus estrellas y el acierto desde fuera (10/27) para dejar claro que son uno de los grandes favoritos de la competición.
El porcentaje horrible de los de Chus Mateo en el triple (3/26) opacó el buen esfuerzo en los tableros. Sin ideas en ataque, sin la participación de Musa, Campazzo y más jugadores que no tuvieron su noche en el OAKA. El peor partido en el peor momento. Hezonja (18 puntos) y Tavares (16), los más destacados.
El Madrid encontró tiros liberados en el inicio. Ibaka, Abalde… pero un mal acierto que dejaba entrever lo que estaba por venir. Juancho empezó a hacer daño con y sin balón (ocho puntos en un par de minutos) y Panathinaikos quería correr (11-7). Los siete primeros puntos de los blancos, de Mario Hezonja.
Un 0/6 desde el triple en los primeros diez minutos tampoco ayudaba. Las estrellas de Ataman empezaron a aparecer (19-11) y las sensaciones de inicio no podían ser peores. Y, para más inri, apareció Nunn para hacer estallar el OAKA y mandar 24-13 al final del primer cuarto.
Las lagunas defensivas de los blancos sumaban, pero Llull y Tavares parecían dar otro sentido al ataque. Nunn seguía con su show particular, y Chus Mateo probó con la dupla de Bruno Fernando y el de Cabo Verde para cerrar el aro. Los blancos poco a poco entraban (33-27) y empezaban las dudas en los campeones de Europa.
Con aún un 0/8 desde el triple (que sería 0/10 al descanso) y 6/10 desde el lado ateniense, la mejor noticia era la poca ventaja. Musa hacía daño en transiciones (38-31), pero los puntos desde fuera seguían sin llegar, y eso es un lastre en una cancha tan difícil. Fernando ofrecía soluciones en la continuación, y el sprint final blanco llevó al 40-33 de camino a vestuarios, con la sensación de que podía ser peor.
Montaña rusa de parciales
El parcial de 8-0 de salida hacía saltar las alarmas, pero los de Chus mantuvieron el tipo (con el primer triple en doce intentos de por medio), para que no se fuese tan pronto. Tavares, en un duelo inmaculado, hizo suyo los tableros y las sensaciones parecían ser otras (46-42) con un 0-9 de parcial.
En un ejercicio de orgullo, la intensidad de los blancos en el OAKA era más que notable. El marcador se estrechó (50-46), y las caras eran otras. Tavares y Hezonja pusieron músculo, pero Nunn tiró de talento para contagiar a los suyos y alejar fantasmas. Un partido frenético, de los mejores minutos de la temporada, para ir 63-53 al último cuarto.
La hora de las estrellas
El duelo se fue al barro al inicio del cuarto, y las imprecisiones tomaron protagonismo. Errores del triple en ambos equipos, y el Madrid tratando de encontrar a un Fernando con ganas (63-57). Mitoglou, Nunn y Sloukas se encargaron de castigar las malas decisiones de los blancos en estático (70-59). Decisiones difícil de subsanar en un escenario como el OAKA.
A partir de ahí, todo a cuesta abajo. El ánimo se trasladó al juego, y era un quiero y no puedo constante, salvo chispazos de Llull. Derrota dolorosa en Atenas (85-70), sobre todo por la falta de acierto (3/26 desde el triple), pero con brotes verdes de un Tavares que parece despertar. El orgullo no fue suficiente para parar al campeón.
El Real Madrid (14-14) necesita sacar su mejor versión en los seis partidos restantes de temporada regular. Situación complicada para pasar a la siguiente fase, y con la visita a Bolonia (jueves 13) en el horizonte.