Por Alex Molina / info@eurohoops.net
Una de las grandes estrellas de España disfruta de su retiro. Rudy Fernández se despidió del baloncesto siendo el jugador con más partidos disputados con España (266), más medallas ganadas (11) y más medallas de oro (6), una carrera increíble en la que desafió las probabilidades y compartió vestuario con grandes jugadores, uno por encima de todos.
En una reciente entrevista con As, la leyenda del Real Madrid habló sobre sus años como jugador y no dudó a la hora de elegir al mejor jugador con el que jugó. «Es bastante fácil. He tenido la suerte de jugar con Pau durante muchos años. Con jugadores como Navarro, Llull… Podría hacerte una lista. Brandon Roy, LaMarcus Aldridge. Una lista larguísima. Pero quien más me ha impactado profesional y personalmente ha sido Luka Doncic. Hay jugadores que nacen con una varita mágica, y Luka es uno de ellos».
Después de unos años increíbles con el Joventut Badalona, la NBA lo llamó y él contestó. El alero español estableció un nuevo récord de triples para un novato, pero sus años en Estados Unidos no fueron todo lo buenos que podrían haber sido… algo que a la larga fue positivo. «Es cierto que hubo momentos en que el entrenador confió en un tipo de jugador diferente al mío. La NBA se rige por las etiquetas, y después de establecer el récord de triples, me etiquetaron como un simple tirador. Vi ese estancamiento como atleta, pero estas cosas pasan, y no hay que culpar a nadie. Si miro hacia atrás, me culparía a mí mismo por no haber intentado madurar un poco antes y ser capaz de tomar decisiones por mi cuenta, escuchando también a mi familia. Estas son las cosas que la vida y el deporte te enseñan. Así es como llegué a Madrid como un jugador maduro, y me ayudó en mis últimos años a convertirme en el jugador en el que me convertí».
Como dijo Rudy, era un jugador diferente cuando llegó a Madrid, principalmente debido a las lesiones que casi lo obligaron a retirarse muy joven. «En Estados Unidos, seguía siendo explosivo, igual que cuando llegué al Real Madrid. Luego tuve la mala suerte de una segunda y una tercera operación, y fue entonces cuando me dijeron que el disco estaba muy irritado, muy desgastado, y que me quedaban dos o tres años más como profesional. Fue un punto de inflexión en el que te das cuenta de que, además del juego, hay que cambiar muchos hábitos. Dietéticos, físicos y mentales, y eso fue lo que hice. Trabajé duro en todos esos aspectos y puedo convertirme en el jugador que fui al final de mi carrera. Eso me ayudó a reconstruir todo mi juego para seguir aportando positivamente al equipo y alcanzar los objetivos colectivos, que era lo que tenía en mente».