Comida, baloncesto y gloria

Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net

Vitoria no es lo que se podría considerar como el destino habitual para un evento del tamaño de la Final Four de la Euroliga. Aún así, nadie puede negar el encanto de la ciudad, sus restaurantes de primera categoría -que incluso fueron mencionados por Zeljko Obradovic– y el amor por el baloncesto.

La pasión por el Baskonia puede traducirse también como amor por el deporte, más aún teninedo en cuenta el deseo de la ciudad por albergar una Final Four desde hace muchos años.

Así lo reconoció el CEO de EuroLeague, Jordi Bertomeu: “Estoy seguro de que muy poca gente sabe que hace 19 años, Vitoria fue premiada para organizar este evento. Pero muchas cosas sucedieron durante ese verano de 2000 y desde entonces comenzó una larga espera”.

Y es que en la temporada 2000-01 la Euroliga no tuvo una Final Four. Las Finales se jugaron en el formato de al mejor de cinco y terminaron con la Kinder de Bolonia ganando el título en el 5º partido contra el Baskonia, antes conocido como Tau Cerámica. Durante el verano de 2000, el baloncesto europeo se dividió y Baskonia se unió a la Euroliga. Así, perdió la oportunidad de albergar la Final Four de la Suproleague, que organizó la FIBA y finalmente se llevó a cabo en París.

Desde entonces, Vitoria se convirtió en un elemento básico de la Euroliga, una ciudad que vive y respira por el deporte y un destino bien conocido para todos los aficionados al baloncesto.

Después de todo, el Baskonia ha producido jugadores de alto nivel que están destinados a ser vendidos al mejor postor, ya sea en el viejo continente o en la NBA. Así que siempre hay un buen número de ‘scouters’, agentes, directivos y, sobre todo, grandes talentos.

Y nunca se sabe con quién puede terminar encontrándose en uno de los establecimientos de la ciudad después del final de cada partido.

El plato principal de la Final Four son siempre los los encuentros, pero no está de más saber que al final del día puedes entrar por la puerta de “El Portalón” para una generosa porción de chuletón. Deberás ir corriendo a tu destino para llegar antes de que cierre la cocina pero luego, con suerte, podrás compartir una o dos historias con los aficionados locales, ‘scouts’ extranjeros o incluso con un entrenador.

Muy pocas ciudades de Europa pueden presumir de que el baloncesto es parte de su tejido esencial y domina otros aspectos de la vida cotidiana. Vitoria es uno de ellos y tener la Final Four en la ciudad terminará siendo memorable, sin importar quien levante el título…

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