Luka Doncic es muy joven para conducir un coche, pero apto para ganar su segundo premio MVP del curso

Por Antonis Stroggylakis/ info@eurohoops.net

Admítanlo. Si no supieran nada de la Euroliga y alguien les dijera que un joven de 17 años ganaría el premio MVP semanal dos veces en la misma temporada (aunque todavía estamos a medio camino), sería muy probable que dijeran que este hombre acababa de escapar del manicomio.

Por otra parte, incluso aquellos que conocen el inmenso talento y el potencial gigantesco de Luka Doncic frotan sus ojos con asombro con la calidad de baloncesto prima que ofrece.

¿Cuál ha sido el nuevo episodio de la serie “El muchacho (nos negamos a hacer uso de la palabra “niño” porque ya no lo es) prodigio esloveno” que hemos visto? Luka rozó el triple-doble, anotando 10 puntos, capturando 11 rebotes y repartiendo 8 asistencias, para llevar al Real Madrid a remontar el partido contra el Maccabi Tel Aviv en España.

Sus hazañas le permitieron sumar 32 de valoración, más que cualquier otro jugador du un equipo ganador de la jornada 17. Así que, se ha convertido automáticamente en MVP semanal. Por segunda vez este año.

Si la arriba mencionada estadística se considera increíble, tomando en cuenta su edad, aquí está la mejor parte: Él no tenía ni UNA sola pérdida del balón en 26 minutos que pasó en la cancha, a veces asumiendo funciones de un general de la cancha contra una defensa enérgica, capaz de darle un puñado y hacer su vida bastante difícil.

Traten de comprenderlo completamente: Un baloncestista menor de edad se quedó a dos asistencias de un triple-doble jugando en la segunda mejor liga por detrás de la NBA, y sin cometer ni ¡un solo error! ¡Qué barbaridad!

No obstante, no sólo se trata de números. La forma en que “lee” cada situación para determinar cuál es la opción más adecuada a la hora de anotar, su toma de decisiones cuando pasa la pelota y su posicionamiento para incluso cerrar el rebote (como lo hizo contra el Maccabi con un marca personal reboteadora – 11) es bastante fenomenal y precoz. En realidad, tiene mucha reminiscencia del “modus operandi” que encontramos en las lumbreras baloncestísticas europeas.

(No soltemos nombres ahora, porque seguro que me tacharán de sacrílego y de él que hace comparaciones que no son “correctas”, “apropiadas” o lo que sea. Pero tengo en mente dos tipos griegos, al menos un croata y varios serbios).

La comprensión profunda y la percepción del juego que tiene Doncic se manifiestan en los “encajes” que hace en la cancha. Lo más importante es que los convierte en grandes números y en victorias de su equipo.

Este tipo de percepción avanzada y simultáneamente fructífera del juego es una característica clave de todo lo que es sagrado y hermoso en el baloncesto europeo. El “I Love This Game” de Europa tiene más que ver con el aspecto intelectual del deporte, y menos con la parte de “highlights”.

Los más importantes, tal vez legendarios, representantes del baloncesto del viejo continente tenían muy desarrollada la capacidad de escanear la cancha sin importar su posición, procesando datos de juego con una velocidad notable para reconocer las opciones que tenían ellos y sus compañeros de equipo (o incluso crearlas en el aire, que es un factor importante que distingue a un jugador “muy bueno” de un “grande”) en cualquier entorno dado, y transformarlas en una acción beneficiosa, a menudo en ambos extremos.

No es nada exagerado decir que estas son exactamente las cosas que Doncic realmente hace, para ser honestos. Así es como prefiere trabajar, al menos la mayor parte del tiempo. A tan solo 17 años de edad, sobrepasa los límites de su juego usando su mente, diseñando cada jugada con precisión y madurez que solo se encuentra en jugadores experimentados.

Incluso cuando prefiere confiar en su instinto crudo, parece un movimiento calculado. Como lo hizo contra el Zálgiris Kaunas, cundo metió algunos tiros cruciales, unos atrevidos triplazos que salvaron a su equipo de un lío.

Hace todo esto no en un patio de la escuela o al lado de los jugadores de su edad, sino en terrenos de combate donde está rodeado por veteranos, millonarios con experiencia previa de la NBA (y en ocasiones cerca de cierto futuro) o atletas sólidos que pueden comerlo vivo con su robustez y velocidad.

Se dan cuenta de que tiene que tomar el autobús para atender los entrenamientos, ¿verdad? Todavía no tiene permiso para conducir un coche ya que en España alguien tiene que tener más de 18 años para hacerlo.

Ah, y para responder a una posible pregunta persistente: Los triples-dobles no es algo frecuente en la Euroliga. Sólo el pívot croata Nikola Vujcic lo consiguió, dos veces en su carrera.

Ya que los triple-dobles no son habituales, la última hazaña de Doncic parece aun más impresionante. Echen un vistazo a cómo ganó el premio MVP semanal.

Doncic también había sido nombrado MVP de la jornada 13 de la temporada regular cuando empujó al Real Madrid a una victoria por 95 – 72 sobre el Brose Bamberg con 16 puntos, 6 rebotes, 5 asistencias y 3 robos. Pero tuvo que “compartir” el premio con Mike James del Panathinaikos que había sumado el mismo número (25).

Esta vez, no. Esta semana el premio MVP de Luka Doncic pertenece exclusivamente a él, y es uno de los muchos que vendrán. No necesariamente en este lado del Océano Atlántico.

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