Džanan Musa: “Sentí el cariño de Chus Mateo como si fuera mi hermano mayor o mi padre”

Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net

Cuando su carrera parecía comenzar a perderse, Lugo apareció en el camino de Džanan Musa (Bosnia, 1999). Lo que al principio fue una decisión sorprendente e incluso arriesgada, acabó siendo la mejor de su joven recorrido profesional. Apenas un año después viste la camiseta del Real Madrid y, pese a que reconoce que llevar el escudo madridista en el pecho es “una sensación especial” y sólo pensar en ello hace que aún se le erice la piel, la camiseta no le pesa. Un puñado de partidos han sido suficientes para que Musa amenace con convertirse en uno de los mejores anotadores de la Euroliga.

Todo gracias a la determinación y la confianza recobrada, una seguridad que demuestra en un fuerte apretón de manos justo antes de comenzar a charlar con Eurohoops. Detrás de esa voz grave y mirada de ‘killer’ se encuentra un joven amable y simpático que vive su mejor momento como profesional. Demuestra que por fin es feliz.

Eurohoops: MVP de la ACB, tu fichaje por el Real Madrid, un gran EuroBasket con Bosnia… ¿Estás en el mejor momento de tu carrera?

Džanan Musa: Hasta ahora, diría que sí. Tengo más confianza que nunca en mi vida. Confío en mi juego, confío en que puedo ayudar al equipo a ganar, así que eso es lo más importante ahora mismo. Como has dicho, con el EuroBasket y toda la temporada pasada, he llegado a esta temporada con mucha confianza, así que creo que estoy en el mejor momento de mi carrera.

EH: Este año también has pasado por un momento difícil con su grave lesión en la tráquea. ¿Cómo fuiste capaz mentalmente de superarla tan rápido para volver a jugar antes del final de la temporada?

D.M.: Solamente pensaba en volver a jugar antes de acabara la temporada. Porque me lesioné alrededor del 15 de abril y el final de la temporada era un mes después. En mi cabeza pensaba “no quiero irme así” porque sabía que esa era mi temporada de MVP. Así que me dije que la gente se merecía verme una vez más con la camiseta y jugar ante ellos. Haría lo que fuera necesario para volver y tratar de jugar ese último partido. Y los médicos incluso dijeron: “Podemos darte el alta, pero después del 15 de mayo”. Así que volví a los entrenamientos nueve o diez días antes y me dije que tenía que jugar ese partido. Y lo más curioso es que, cuando entré en el partido, todo el mundo me decía: “¿No tienes miedo de volver a lesionarte?”, así que le dije al entrenador que me pusiera todo el partido esa noche y que iría tan fuerte a la canasta como pudiera [risas]. Pasara lo que pasara, quería demostrarme a mí mismo y a todos los demás que podía seguir jugando a ese nivel incluso después de la lesión. Así que me ayudó mucho a aumentar mi confianza. Lo que pasó en el EuroBasket, ya lo sabemos.

EH: No sé si te he entendido bien. ¿Te veías como el MVP antes del final de la temporada? 

D.M.: Me veía. Para ser honesto, me veía. Estar en el equipo que acababa de subir de segunda división… sentía que me lo merecía. Con todas las dificultades que pasamos, cambiando de entrenador y en una ciudad pequeña. Todo estaba dispuesto de la manera correcta, en mi opinión. Fue una temporada enorme, así que sentí que me lo merecía.

EH: Lo cierto es que el año pasado nos sorprendió que decidieras jugar en un equipo recién ascendido. ¿Firmar con el Real Madrid es como una recompensa a tu paciencia?

D.M.: Exactamente. Tengo la piel de gallina ahora mismo [y nos enseña su brazo]. El Real Madrid es uno de los equipos más grandes del mundo, incluidos los de la NBA. El Real Madrid es el Real Madrid y representar este escudo que llevo en el pecho es una sensación especial. Siento que es una recompensa por mi paciencia y por todo. Porque no fui al Breogán por el dinero o por lo que fuera. Fui allí para ayudar al equipo, por supuesto, a ganar, que es lo más importante en todos los sentidos. Si hubiera anotado 20 puntos y mi equipo no hubiera ganado partidos, nadie hablaría de mí. Hay que ganar los partidos para que te den reconocimiento, así que doy las gracias a todos mis compañeros que me ayudaron mucho durante la temporada pasada. Como has dicho, es un premio a la paciencia, eso seguro.

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EH: ¿Cómo has cambiado desde que dejaste Europa para ir a la NBA cuando tenías 19 años?

D.M.: He cambiado mucho. Ahora soy más maduro, mi baloncesto ha cambiado mucho y soy más paciente en los partidos. Por supuesto, cometo algunos errores pero, en general, mi baloncesto es totalmente diferente ahora que antes. Como he dicho, ahora soy más maduro y estoy más preparado para los grandes equipos que hace cuatro años.

EH: ¿Crees que si hubieras esperado un poco más y te hubieras desarrollado más como jugador en Europa, habría sido diferente?

D.M.: [Ríe] Sí, bueno, no hay duda de que podemos hablar de ello, pero…

EH: Nunca lo sabremos.

D.M.: ¡Sí, nunca lo sabremos! Incluso en mi vida, no miro al pasado. El pasado es el pasado, así que sólo me centro en el Real Madrid. Podemos hablar de si debía ir, pero cuando tienes la oportunidad de ir a la NBA y todo el mundo dice que serás una elección de primera ronda… Nunca sabes lo que va a pasar el año que viene, sólo este año. Fui allí, pasó lo que pasó. Podría haber tenido más oportunidades porque toda la primera temporada estuve en la G-League. En la segunda temporada, jugué como el 70% de los partidos, pero ni siquiera esa era mi posición. Era un tipo de 3&D, quieto en la esquina y defendiendo, y ese no es mi juego, para ser sincero. Tenía que adaptarme y no lo hice. No me gusta culpar a los demás de mi éxito o de no tener éxito. Tal vez las cosas podrían haber sido diferentes, pero estoy contento de estar aquí ahora.

EH: Debo reconocer que, a pesar de ser el MVP de la ACB, no pensaba que tendrías un papel ofensivo tan importante tan pronto. ¿Qué te ha pedido Chus Mateo?

D.M.: Para ser sincero, yo tampoco [risas]. Tampoco lo pensaba yo cuando llegué. Es un equipo grande, nunca sabes qué puedes esperar. Especialmente cuando llegas a este tipo de club tan grande, nunca esperas lo que va a pasar. Incluso cuando llegas a un club pequeño, nunca sabes si le vas a gustar al entrenador o algo así. Pero el primer día, que tuvimos el primer partido de pretemporada contra el Unicaja, anoté 30 puntos y el entrenador me dijo “sigue haciendo lo que tú sabes”. Confié en él y sentí su cariño, como si fuera mi hermano mayor o mi padre. Es algo que sólo había sentido con Paco Olmos, cuando entrenaba al Breogán. Tuve una relación similar con él y cuando vine aquí no sabía que podía esperar lo mismo. Chus es un tipo increíble, fuera y dentro de la cancha. Me dijo que simplemente jugara mi baloncesto, que confiara en mí mismo, en mis compañeros y que les asistiera. Por supuesto, a veces me grita, pero es sólo por mi bien. Estoy contento de tenerle como entrenador y espero que siga siendo así durante mucho tiempo.

EH: ¿Qué cree que tienes que hacer para decir “he triunfado en el Real Madrid”?

D.M.: Ganarlo todo. Cuando vienes al Real Madrid, tienes que saber que éste es un club con una cultura ganadora. La única manera de triunfar aquí es ganar partidos y ganar títulos. Cuando ves todo lo que te rodea -los entrenamientos, el pabellón en el que juegas, los aficionados-, esperan que ganemos. Esa es mi forma de ver el éxito aquí, ganarlo todo.

EH: Has dicho muchas veces que eres muy amigo de Luka Dončić. ¿Te ha dado algún consejo sobre el club o la ciudad?

D.M.: Habíamos hablado incluso antes, cuando yo estaba en el Cedevita y también cuando tuvimos un programa de transición para rookies, en Nueva Jersey. Cuando estaba en la Euroliga, en el Cedevita, veía sus partidos en el Real Madrid y me sorprendía lo joven que era y la forma en que estaba jugando en un club tan grande. Cuando vine aquí me di cuenta de que el Real Madrid trabaja mucho con sus jugadores jóvenes, les da oportunidades. Me contó muchas cosas sobre el Madrid, de la grandeza del club y demás, y algunas cosas que no puedo decir… pero todo son cosas positivas.

EH: Después de tu última experiencia en la competición, ¿tienes ganas de demostrar tu valía en la Euroliga?

D.M.: Por supuesto, todo jugador tiene que demostrar su valía una y otra vez. La mayoría de los jugadores dicen que eres tan bueno como haya sido de bueno tu último partido. Cada día consiste es probarte a ti mismo, especialmente aquí, que existe una cultura ganadora. A veces no serás el mejor, a veces serás el mejor, pero cuando tienes 12 chicos con tanto talento como aquí, todo es ganar. Pero incluso individualmente, quieres demostrarte a ti mismo que puedes jugar al más alto nivel.

EH: Lo que quiero decir es que, dado su talento, ¿qué es lo que no funcionó en el Efes?

D.M.: Creo que esa es una pregunta para el entrenador, Ataman. Trabajaba como lo he hecho aquí. Vine de la NBA y jugué 8 ó 9 minutos en toda la temporada de Euroliga. Tampoco tengo claro por qué pasó todo eso. Pero lo respeto y el Efes ganó dos títulos consecutivos, así que les felicito por ello. No puedo decir nada porque no jugué y han ganado. Les deseo lo mejor, no funcionó para mí ni para ellos, pero son una gran organización.

EH: ¿Cree que algunos de los que dudaron de ti se arrepienten ahora?

D.M.: Eso hay que preguntárselo a ellos. Ahora soy muy feliz aquí. No he sido tan feliz desde… Lo hablaba con mi familia hace unos días y, quizás, desde que llegué al Breogán, por primera vez en mi carrera me despierto feliz. Me siento emocionado por ir a trabajar, emocionado por estar en los partidos y ganarlos. Estoy feliz de estar aquí. Todos los chicos que antes no creían en mí, eso es cosa de ellos. Estoy feliz y espero que siga así.


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EH: Una última. He visto que te llevas muy bien con Mario Hezonja y en Twitter ya empiezan a llamaros “The Splash Brates”.

D.M.: No está mal [risas]. Hay que preguntarle a Mario, le gusta lo de “Los Brates”, pero “Splash Brates” tampoco está mal.

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