Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
Un Barça volvió a hacer suyo el Clásico, abandonando victorioso el WiZink Center (75-85).
Y, aunque se mostró superior, tuvo que emplearse a fondo para evitar la remontada del Real Madrid. Las dos torres blancas no supieron frenar a un imparable Sertac Sanli, que dominó a su antojo un tercer cuarto que resultó decisivo. El pívot turco sacó de quicio a Edy Tavares y Vincent Poirier, incapaces de frenar su acierto. Anotó 11 de sus 17 puntos en ese momento, iluminando el ataque azulgrana que hasta ese momento protagonizaba Kyle Kuric (17 puntos).
No es la primera vez que sucede. Sarunas Jasikevicius sabe cómo meter mano a este Real Madrid. La movilidad de los interiores azulgranas y su amenaza exterior desubicaron a los dos grandes jugadores que marcan las diferencias para los madridistas. Con los interiores blancos condicionados, el Barcelona supo jugar su cartas y, con una mejor dirección, alcanzó los minutos finales con ventaja.
De hecho, estuvo por delante en el marcador durante toda la segunda mitad, llegando incluso a colocarse con 12 puntos de renta. Sólo cuando Pablo Laso dio las llaves del equipo a Nigel Williams-Goss, el Barça vio la victoria en peligro. Pero lo cierto es que todos los locales tuvieron un partido muy discreto -sólo Tavares y Sergio Llull alcanzaron los dobles dígitos en anotación- y, cuando el partido apuntaba a decidirse en un final igualado, apareció Nikola Mirotic (13 puntos).
No necesitó ser protagonista para aportar en el triunfo. Desde la línea de tiros libres y, sobre todo, con un triple cerró un triunfo que permite al Barcelona recortar diferencias en la tabla.
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