Por Javier Molero/ info@eurohoops.net
Dura derrota de Valencia Basket en el segundo partido de semifinales (96-91) ante Hapoel Tel Aviv a domicilio. Los de Pedro Martínez se la jugarán a una bala, todo o nada, en su feudo para pasar de eliminatoria y llegar a la gran final.
En un partido donde no estuvieron cómodos en ningún momento, la segunda mitad fue fundamental para los israelíes. El poderío interior de Motley (26 puntos + 8 rebotes) y la dirección de Madar (21 puntos, 9 asistencias) fueron un torbellino difícil de contenter. Está claro por qué son dos de los grandes favoritos.
Yam Madar no perdió tiempo para coger las riendas del partido. El israelí, ex de Partizan, es uno de los grandes talentos de la competición. Los taronjas se apoyaban en un colosal Pradilla que firmaba siete de los primeros 10 puntos para Valencia Basket. Motley imponía su físico (15-10) para dejar claro que sería tan duro cada balón como en el primer encuentro.
El físico de Motley era peligroso
Sin controlar el ataque rival, los de Pedro Martínez sufrían en cada estático para frenar el talento individual de los israelíes. Montero hacía jugar, y las cosas poco a poco salían en ataque, con Badio y Jovic sumándose a la fiesta. El 23-21 del primer cuarto indicaba que había que mostrar la mejor versión para salir con victoria.
Motley hacía daños en segundas oportunidades (terminó con 17 puntos la primera parte), y la listón físico solo hacía subir. Los grandes de Valencia se entendían, y Costello atacaba a la perfección para romper los esquemas defensivos de Hapoel (33-29). Cada posesión era una batalla, y es normal cuando te juegas todo en la Eurocup.
Reuvers y Sestina aniquilaban desde fuera para proponer algo diferente, pero los israelíes rompían en penetraciones, con Madar como estrella y los locales se crecían. Un 54-49 al descanso que denotaba que no era suficiente lo que veíamos en pista para sellar el pase a la final.
Apretando el acelerador… y adiós
El torbellino anotador de los de Tel Aviv aumentó considerablemente, pero la clave estuvo en su defensa. Apretaron en líneas de pase y salieron corriendo para hacerse invencibles. Costello era un faro en poste bajo, leyendo perfectamente para que la distancia no fuese a más (70-55), pero parecía imposible.
Y un parcial de 6-15 ayudó a creer, con todos creciéndose y tirando de orgullo. El 76-71 era un escenario muy diferente al de minutos atrás, y con todo por decidir.
Esto fue un chute de motivación para los taronjas, que no querían llevar de vuelta la eliminatoria a Valencia (83-80). El intercambio de canastas era un paso adelante, frenando la embestida de los locales.
Pero el sprint final perteneció a un Hapoel Tel Aviv que obliga a un tercer partido en Valencia. Victoria de los israelíes (96-91) que fuerza un todo o nada para los taronjas, que ansían estar en la gran final.