Por Alex Madrid / amadrid@eurohoops.net
Quinta victoria consecutiva en la Euroliga para un Real Madrid que ya ha cogido velocidad crucero. Y para muestra, un triunfo mostrando su mayor virtud, la anotación. El equipo de Chus Mateo continúa su persecución de un -casi- infalible Fenerbahce tras tumbar al Partizan de Zeljko Obradovic por 105-97.
¿Puede el caos producir armonía? Tras lo visto durante el primer cuarto en el WiZink Center (aunque durante más de un momento recordara al Stark Arena por la cantidad de camisetas negras en la grada), no tengo ninguna duda que así es. Los dos equipos se volcaron ofensivamente para dejar los diez minutos de baloncesto más divertidos que probablemente veamos esta temporada.
La sucesión de carreras terminadas en triple, el exquisito movimiento de balón y defensas que nunca llegaban a tiempo se tradujeron en 72 puntos entre los dos equipos. De hecho, los serbios, con ocho triples acertados, se quedaron a un solo punto del récord de anotación en un solo cuarto (41, logrados precisamente por el Real Madrid en el 2000).
Pero los madridistas tampoco iban faltos de puntos y podríamos decir que el equipo que nunca perdió el toque en su muñeca ganó el partido. El Madrid se mantuvo en unos registros impresionantes y aprovechó el apagón de los chicos de Obradovic en el segundo cuarto para endosarle un parcial de 16-0 (del 36-42 al 52-42) que le permitió mandar en el marcador el resto del partido.
Diez jugadores, entre los dos equipos, alcanzaron al menos los 13 puntos anotados, siendo Sergio Llull y Zech LeDay los más destacados con 20 cada uno. Además, Edy Tavares se mostró imponente en la pintura (17 puntos y 8 rebotes), mientras que Gaby Deck y Mario Hezonja castigaban desde las alas (15 tantos cada uno).
En resumen, el Madrid consiguió contrarrestar los 40 puntos del Partizan en el primer cuarto dándole de su propia medicina: más y más puntos para continuar la racha.
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