Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Barça ha vuelto a la Euroliga con derrota ante el AS Mónaco por 67-77. Mal partido de los de Roger Grimau, que con unos porcentajes muy malos (19/39 en tiros de dos, 4/27 en triples) y una defensa muy permisiva, no han podido celebrar con victoria un día muy especial.
Como no podía ser de otra forma, el partido estaba marcado por el retorno al Palau de Ricky Rubio (5 puntos, 2 rebotes y una asistencias). El base catalán había jugado ya con España pero faltaba que volviera a disputar minutos con el Barça, un segundo debut que llegó en el segundo cuarto.
💙❤️ Ricky Rubio ya viste la camiseta del Barça pic.twitter.com/SdIiPnODxb
— Eurohoops España (@EurohoopsES) March 1, 2024
Por mala suerte para él y para el Barça, su entrada al partido coincidió con los mejores momentos del Mónaco. Si el primer cuarto (21-12) había sido para los locales gracias en gran medida a la actuación de Jan Vesely (19 puntos, 10 rebotes y 3 robos para 32 de valoración), el segundo asalto fue para los visitantes (14-21), dejando en tan solo dos puntos la ventaja azulgrana al descanso con Motiejunas (12 puntos y 3 rebotes) y Mike James (17 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias) brillando.
Tras el paso por vestuarios, la tendencia no mejoró y los monegascos seguían jugando a placer. Cada ataque de los visitantes era un paseo y la zona era propiedad privada de Donta Hall (10 puntos y 7 rebotes), que se encargaba de finalizar lo que sus compañeros creaban para él. Si a esa fragilidad defensiva se le suma unos porcentajes muy mejorables, con algunos fallos en tiros totalmente liberados, la cosa solamente podía terminar de una forma: llegaron las primeras ventajas de dos puntos para el Mónaco.
La defensa en el lado contrario hacía aguas y las segundas ayudas brillaban por su ausencia. Los ataques eran precipitados y sin control alguno. El 57-70 fue un golpe durísimo y ni los puntos de Laprovittola (el único junto a Jan Vesely por encima de los diez puntos, 13 tantos para el argentino) lograban recortar la distancia, ya que los últimos minutos fueron un constante intercambio de canastas.