Por Javier Molero/ info@eurohoops.net
El Real Madrid vuelve al punto de partida en la Turkish Airlines Euroleague. El mal inicio de temporada parecía quedar atrás con las seis victorias consecutivas en el torneo europeo después de tocar fondo el 12 de diciembre en el Movistar Arena. Pero, en las últimas semanas, la dinámica lleva a los blancos al mismo camino, ese que habían olvidado.
Tres tropiezos consecutivos, cuatro en los últimos cinco duelos, despiertan de nuevo los fantasmas. Los problemas que parecían subsanados vuelven multiplicados, y los notorios cambios, tanto de acierto como anímicamente, desaparecieron. Ahora mismo son 11º en la tabla (13-13), y equipos como Milán o Partizan en auge.
Las derrotas ante Fenerbahçe (5 diciembre) y Zalgiris (12) en suelo local en las jornadas 14 y 15 encendieron las alarmas y vaticinaban un corto plazo oscuro si no se ponía remedio. Fue un toque de atención que transformó a los de Chus Mateo, como por arte de magia, a la versión más reconocible de años anteriores con seis triunfos consecutivos en Euroliga: Paris, Mónaco, ALBA Berlín, Bayern, Zalgiris y Maccabi.
Tras ello, no pudieron sacar adelante el duelo ante Olympiacos en la semana 22, y la burbuja pareció explotar. Una canasta en el último segundo de Hezonja ante Baskonia evitó un récord de 0-5 que hubiese sido catastrófico en los blancos. Cierto es que el calendario ha sido caprichoso y las salidas a Mónaco y Estambul (Efes y Fenerbahçe) no son las idóneas para conseguir regularidad, pero el toque de atención vuelve a aparecer.
Montaña rusa de sensaciones
El balance del equipo blanco es de tres derrotas en una semana. La desesperación en Mónaco, la dificultad para encontrar las cosquillas a Efes y un correcalles frente a Fenerbahçe que sacó a la luz algunas carencias que no terminan de taparse. Hezonja, Bruno Fernando, Campazzo… pocos fueron los brotes verdes en unos días frenéticos que llevan de nuevo al inicio del tablero.
En estos tres encuentros, los de Chus Mateo han promediado 71 puntos por partido, muy lejos de los 92,8 en la racha de seis partidos ganados. Sin recibir demasiado en los tropiezos (79 Efes como máximo), la defensa parece estar en el buen camino, pero faltan puntos y, sobre todo, protagonistas.
La irregularidad de los principales anotadores, sumada a la falta de soluciones desde el banquillo y especialistas sin balón que aporten algo diferente lleva a la rutina que algunos equipos ya conocen, muy lejos de esas semanas de gran nivel no hace tanto tiempo.
Del 6-9 al 12-9 y, ahora, al 13-13. Los blancos no terminan de encontrar la regularidad más que necesaria en una Euroliga más que apretada.
Nuevas caras, nuevas alternativas
El Real Madrid ha incorporado a dos exNBA como Dennis Smith Jr y Bruno Fernando ya no solo para dar profundidad a una plantilla que no termina de contar con todos los efectivos, sino para tener algo diferente en la pista en momentos cruciales de la temporada.
El base, ex de Dallas Mavericks y New York Knicks, entre otros, no ha entrado aún en dinámica, pero puede ser diferencial con balón. Físico privilegiado, puntos en las manos y una presión defensiva tanto a toda pista como para frenar la sangría desde el triple que sufren los de Chus Mateo.
El angoleño, por su parte, aportará músculo y dominio interior para cerrar el debate del pívot suplente, obligando a una variante de Usman Garuba como ‘4’ y, quizá, recortando los minutos de un Ndiaye que ha tenido buenas actuaciones. Sus primeras impresiones no han podido ser mejores.
En medio de la irregularidad, el Madrid busca la rotación definitiva para dar el salto a los favoritos en la Euroliga. Con la igualdad de la parte media, cualquier victoria vale por dos, y para ello necesitan la mejor versión de cada una de sus estrellas y de unos secundarios que serán más importantes que nunca.