Por Eurohoops team / info@eurohoops.net
Todo ha cambiado muy rápido para Gabriel Deck, el joven alero que se unió al Real Madrid el verano pasado. A sus 24 años, jugará sus primeros playoffs de la Euroliga con el equipo de Pablo Laso. Jugó 26 partidos esta temporada, saliendo de inicio en 11, y promedió 4.8 puntos y 2.3 rebotes. Fue una apuesta sólida por parte de los actuales campeones, que le ficharon con un contrato de tres años proveniente directamente de su Argentina natal.
La historia de Deck como jugador ha evolucionado por pura necesidad, según cuenta en una conversación con la Euroliga. Proviene de Colonia Dora, un pequeño pueblo al norte de Argentina, donde creció en el barrio de clase obrera 7 de Abril. Colonia Dora es tan pequeño que ni siquiera nació allí, sino en Añatuya, la ciudad con hospital más cercana, a 20 minutos.
“Cuando era niño en Colonia Dora, en Argentina, pasaba los días jugando al fútbol“, recuerda Deck. “Sin embargo, mi hermano, que también juega al baloncesto, me lo enseñó y me inició en esta nueva cosa llamada baloncesto. Fui a jugar con él y sus amigos, y cuando llegué a conocer el baloncesto más y más, mi interés también creció“.
Cuando los hermanos Deck comenzaron a jugar al baloncesto, lo hicieron en el patio de su humilde hogar en un aro que su padre había fabricado adaptando el volante de un tractor y unas cuantas tablas de madera. A partir de ahí, el baloncesto comenzó a captar el interés del pequeño Gabriel cada vez más, hasta que llegó el momento en que ambos hermanos comenzaron entrenar en Ceres, un club cercano.
Cuando el club Quimsa, de la capital de la provincia, llamó a Gabriel, que en ese momento era un niño alto que parecía tener talento para jugar, fue un salto enorme. La familia Deck, como la mayoría en la Colonia Dora, atravesaba dificultades económicas. La capital, Santiago del Estero, se encuentra a 166 kilómetros de Colonia Dora, por lo que Gabriel tendría que vivir allí para jugar al baloncesto. Sabiendo eso, su madre insistió en que el hermano de Deck, Joaquín, tendría que formar parte del trato, y el club aceptó a los dos hermanos.
“Las cosas no iban bien en casa, en lo que respecta al dinero. El baloncesto fue la razón por la que mi hermano y yo nos fuimos de casa para que pudiéramos comenzar nuestras carreras“, dice Deck. “El baloncesto nos ofreció la oportunidad de que nuestra familia viera la luz. Si nos marchábamos, significaba que había menos bocas que alimentar, por lo que nos sentimos obligados a tomar el camino del baloncesto de alguna manera“.