Por Javier Molero/ jmolero@eurohoops.net
España B se mostraba por primera vez ante el público en un Carpena volcado de principio a fin. Los de Ponsarnau supieron sufrir y vencieron ante República Checa (80-75) en una buena primera toma de contacto para los futuros talentos de nuestro baloncesto. Baba Miller, el más destacado dando espectáculo.
Los españoles comenzaron erráticos desde el triple. Con ansias y, aunque tenía tiros liberados, el ritmo no era el adecuado. Chequia tirando de veteranía en los ataques, 0-7 de inicio. Le costaba a los de Ponsarnau sacar petróleo en estático, con dificultades tras bote y entrando en la trampa de la pintura.
Era Jordi Rodríguez el que tenía soluciones, inventándose tiros que solo veía él. Atacaba una y otra vez el aro Chequia, con Kriz imponiendo su músculo ante las dudas de inicio de los jóvenes talentos españoles. Mejoró el acierto para el 20-23 del final del primer cuarto, empujados por el público y haciendo protagonistas a todos.
Compitiendo ante un gran RIVAL 💪
🏆 Torneo Ciudad de Málaga
🇪🇸🆚🇨🇿
Min 10 (20-23)
📌 Palacio de Deportes José María Martín Carpena
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El ritmo se igualó en el segundo, y eso le vino bien a la B. Tratando de aminorar la anotación de un Krejci que calentaba la muñeca con facilidad, Caicedo, Baba Miller y Owen Aquino cerraban bien el aro, más cómodos que en los primeros minutos (26-28).
El factor Satoransky no tardaba en hacerse notar, y su talento sacaba ventajas continuas en piste para dar aire a los visitantes (26-32). Langarita respondía a los triples checos, y la igualdad se llevaba hasta el descanso (38-39), con los dos equipos dejando buenas sensaciones.
😳 Baba Miller PUEDE VOLAR pic.twitter.com/gisRykW50P
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Salió con otra cara España de vestuarios. La dupla Miller-Osobor, junto a un trabajador Lucas Marí, devoraban en líneas de pase y salían corriendo, sintiéndose mucho más cómodos ahí que en estático. La grada ayudaba, y los de Ponsarnau apretaban cada vez más (47-50), forzando dudas y errores.
Este fue un punto de inflexión para Chequia, que endosó un parcial de 0-8 de la mano de un Petera que no podía fallar. Los triples no dejaban de entrar y, aunque España ponía de su parte para remar punto por punto, los visitantes imponían su experiencia antes del último cuarto (59-68).
Vendía cara su piel España, que tiró de un orgullo extraño en jugadores tan jóvenes. La fórmula de apretar líneas de pase y salir corriendo seguía siendo la efectiva (71-70). Pusieron músculo los de Ponsarnau en el rebote, y eso se notó para darle la vuelta al marcador.
La disputa seguía, y nadie conseguía ventaja a falta de tres minutos, con Jordi Rodríguez poniendo la magia (77-74). Pero la defensa fue clave para maravillar al público y asegurar un triunfo de oro en el Carpena (80-75). Demostración del talento de futuro de un baloncesto español que no para de fabricar.
