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GiorgosIoakimidis

28/Jul/19 12:53

Eurohoops.net

La plantilla no es la más completa, pero esta vez el banquillo podría marcar la diferencia.

Por Aris Barkas/ barkas@eurohoops.net

La plantilla de Estados Unidos resultó ser una puerta giratoria, con Bam Adebayo llegando a última hora y varios jugadores de renombre renunciando al Mundial.

Sin embargo, este año la mayor ventaja de la selección estadounidense es el que la dirige desde el banquillo. Gregg Popovich hará su debut con el equipo nacional y esto es suficiente para poder hablar de las aspiraciones de Estados Unidos en China.

Se podría discutir que el respeto que Popovich disfruta fuera de las fronteras de Estados Unidos es aún mayor que en su tierra natal. Su currículum habla de lo que es capaz, y los serbios prácticamente lo consideran uno de los suyos.

Pero hay más. Popovich estuvo presente durante algunas de las peores derrotas en la historia de Estados Unidos, siendo asistente de George Karl en el Mundobasket ​​2002 en Indianápolis y también al lado de su mentor, Larry Brown, en los Juegos Olímpicos de Atenas.

Popovich conoce la competencia porque los Spurs son una de las franquicias más inteligentes de la NBA en materia de baloncesto mundial y además lo ha sentido en su propio pellejo. Él presenció las dolorosas caídas ante Serbia, España, Lituania y Argentina, y comprende totalmente que hay mucho en juego.

Las demás selecciones están listas para quitarle la corona mundial, ​​y Popovich es más que consciente de eso. “Respetamos a los equipos (rivales) más de lo que se pueden imaginar”, dijo a FIBA. “Nuestros ojos están bien abiertos para la tarea que nos espera”.

Popovich era solo un espectador cuando Estados Unidos fue derrotado por última vez, en 2006 por el equipo nacional griego en la semifinal de la Copa del Mundo.

Y si bien era un equipo joven, incluía a LeBron James, Dwayne Wade y Carmelo Antony justo cuando estaban entrando en su mejor momento y fue el comienzo de una exitosa revisión del programa del equipo nacional bajo Jerry Colangelo y el entrenador Mike Krzyzewski.

Popovich tiene la tarea de continuar con este legado. Desde entonces, la selección estadounidense restauró el orden mundial y permaneció invicto en todos los torneos importantes mientras creaba la continuidad del equipo nacional, una idea que era extraña a los Estados Unidos antes de las debacles de 2002 y 2004.

Por ello, Popovich es el hombre adecuado para hacer el trabajo. Independientemente de los jugadores que tenga disponibles, es más que consciente de la competencia y también de lo que sus jugadores deben hacer para triunfar. Y de paso, este éxito puede afectar también a su próxima temporada de la NBA. Quizás el hecho de que faltan muchos cracks pueda hacer que la versión de Popovich sea la más peligrosa.

“No se trata de parecer bien u obtener un nuevo contrato”, dijo Popovich a FIBA, “y es interesante porque una de las otras cosas tangenciales, una de las otras ramificaciones a esto, lo que Jerry, el entrenador K (Krzyzewski) y el cuerpo técnico hicieron en el pasado, además de ganar, era hacer que esos jugadores volvieran a sus equipos y fueran mejores jugadores. Ellos compitieron contra los mejores, siendo desinteresados. Creo que esto beneficiará a sus equipos cuando vuelvan a casa”.

A veces, es así de simple.

 

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