Facu Campazzo: “La NBA me obsesionaba, pero esto no lo cambio por nada”

2019-05-14T16:20:59+00:00 2019-05-14T16:20:59+00:00.

Alex Madrid

14/May/19 16:20

Eurohoops.net

Eurohoops estuvo con Facu Campazzo, el jugador de moda en Europa, antes de la Final Four de Vitoria.

Por Alex Madrid / info@eurohoops.net

“Soy el enano de la suerte. Vine el primer año y ganamos. Vengo el segundo y ganamos también”, decía Facundo Campazzo (Argentina, 1991) mientras levantaba su segunda Euroliga en Belgrado.

El genial base cordobés vive el mejor momento de su carrera profesional y, antes de luchar por su tercera corona europea en su tercera temporada en el Real Madrid, Eurohoops estuvo compartiendo unos minutos con él.

Eurohoops – Lo primero de todo, Facu, muchas gracias por atender a Eurohoops. Vaya mes de abril, ¿no? MVP del mes en la Liga Endesa, MVP del mes en la Euroliga, os clasificáis para la Final Four. ¿A por el tres de tres?

Facu Campazzo – Ojalá, ojalá. La verdad es que tenía ganas de hacer un mes así. Tuve un bajón en enero, febrero, que no venía jugando bien y no podía jugar a mi estilo. En abril pude levantar un poco, empecé a ganar confianza. Creo que el equipo me ayudó mucho en ese sentido, el cuerpo técnico me dio esa confianza también. Jugué mucho más tranquilo. Pudimos ganar, sobre todas las cosas, nos pudimos clasificar para la Final Four, que es sumamente importante. El premio de MVP de Euroliga y Liga es un accidente de lo que sucedió. Es algo secundario. Alcanzamos un objetivo muy difícil de conseguir clasificándonos para la Final Four después de una temporada tan larga.

EH – Sobre todo porque los playoffs comienzan muy accidentados. Se lesiona Sergi, te quedas como el único base puro disponible para Pablo Laso, el Panathinaikos llega después de una racha muy buena y todo el mundo habla de lo peligroso que es Calathes. ¿Lo afrontas casi como algo personal?

FC – No, no. Si me lo tomaba como algo personal, iba a salir perdiendo. Si bien Calathes era el jugador a defender, sabíamos que el Panathinaikos iba más allá de Calathes. Cuando él juega bien el equipo juega muy bien, pero tenían un peligro perimetral y un peligro interior muy importante que debíamos tener en cuenta. Lo ‘scouteamos’ de la mejor manera y creo que entendimos ese mensaje de Pablo a la hora de jugar. Lo entendimos muy bien y aplicamos muy bien lo que veníamos entrenando.

EH – Estos playoffs te han servido para consagrarte como uno de los mejores bases de Europa pero, cuando llegaste, en 2014, apenas tenías minutos. Por lo que tú sentías en los entrenamientos, cuando jugabas… ¿pensabas que podrías llegar a este nivel de juego?

FC – No, pero tampoco me ponía a pensarlo. Sólo pensaba en jugar al baloncesto, soy feliz dentro de una cancha. Considero que un jugador progresa cuando tiene minutos. El primer año tuve un promedio bajo de minutos, y no era a lo que estaba acostumbrado en Argentina. Yo quería jugar, quería sentirme con responsabilidad, con presión. Tuve dos años en Murcia para ganar esa confianza y para demostrar que puedo estar a la altura de la Liga. También pude conocer la competición europea, la EuroCup en este caso. Volví al Madrid siendo mucho mejor jugador.

EH – En esa temporada, de hecho, no jugaste en la Final Four. El año pasado llegaste a Belgrado tras una lesión, apenas pudiste jugar 15 minutos y tu rol fue más defensivo. Te recuerdo sobre todo en semifinales, defendiendo a Sergio Rodríguez… ¿Crees que te debe algo la Final Four?

FC – Mientras la ganemos, no me debe absolutamente nada la Final Four [ríe]. A la hora de jugar una final, lo personal pasa a ser secundario. Se hace lo que el equipo realmente necesita. En mi primer año no jugué. Era mi primer año no jugué, tenía por delante al Chacho y a Sergi y entendía ese rol… pero lo festejé como si hubiera jugado 40 minutos. La segunda Final Four me tocó al volver de una lesión y más de lo que hice no podía hacer. Mi trabajo era defender y que no hicieran su trabajo los bases del equipo rival y me sentí bien, me sentí importante, sentí que tuve minutos buenos… y encima ganamos. Acá, lo que nos depare la Final Four. Venimos con una dinámica muy buena y sabemos los roles dentro del equipo de cada uno, así que puede pasar cualquier cosa. Empujamos todos para el mismo lado para tratar de conseguir ese título tan anhelado.

EH – Sé que si te pregunto por una hipotética final ante el Fenerbahce

FC – No, no se habla. Tacha esa pregunta [ríe].

EH – Solo me vas a hablar del CSKA. Por lo tanto, me gustaría saber cómo se prepara una final. ¿Vais habiendo estudiado a los tres equipos por si jugáis contra cualquiera o únicamente os centráis en el CSKA?

FC – Únicamente nos centramos en el CSKA, en este caso y en el del año pasado. Solamente se piensa en ese rival. No hay un mañana, no hay un domingo. Es solamente el viernes, a esta hora, con tales jugadores y contra tales jugadores. A defender de tal manera y a atacar de tal manera. No hay un mañana. Si ganamos, habrá tiempo para pensar. Aparte conocemos a los dos rivales, tanto al Efes como al Fenerbahce. Nos enfrentamos dos veces durante la fase regular y a los jugadores los conoces, como juegan. Pero, estudiar al 100% y mentalizados al 100% con el CSKA en nuestra cabeza.

EH – Sé que es pregunta muy recurrente pero, ¿entiendes que sirves de inspiración para miles de niños que creen que no podrán ser profesionales por su altura?

FC – No me pongo a pensar en ello, pero por el simple hecho de que no caigo, no tomo conciencia de lo que realmente me decís. Sé que hay chicos más bajitos que aman el baloncesto y, quizás me ven a mí jugando, peleando, chocando y tienen esa inspiración. Me da motivación para seguir demostrando que pueden jugar, que cualquiera puede jugar. Aunque uno está acostumbrado a ver jugadores de 2 metros, de 1’90… o más, el “bajito” puede jugar, puede competir tranquilamente a cualquier nivel.

EH – Recuerdo a Gustavo Ayón después de un partidazo decirnos que una de las claves eran que había cambiado sus rutinas de alimentación y que tú tenías gran parte de culpa. Que muchos en el vestuario habían tratado de cambiar la manera de alimentarse siguiendo tu ejemplo. ¿Cómo de importante fue ese cambio para ti?

FC – No quiero decir que me dio todo porque subestimaría también mi talento, pero me ayudó mucho a darme cuenta de cuál es el camino para competir. Me ayudó mucho a subir mi techo, aunque no le ando metiendo en la cabeza a todo el mundo que hay que comer bien. Me pasaba a mí cuando no tenía esos hábitos. Veía a Manu (Ginóbili), a ‘Chapu’ (Nocioni), a Luis (Scola) y a Pablo (Prigioni) alimentarse bien, entrenar bien, dormir bien y los veía como una moto. Como unos caballos corriendo durante todo el entrenamiento, jugando de la mejor manera. Y digo ‘bueno, si lo hacen ellos, es por algo’. Ahí empecé a hacerlo. En lo personal me ayudó muchísimo en el aspecto físico, en el aspecto mental y en la confianza. Es un círculo que me llevó a mi juego.

EH – Los aficionados del Real Madrid estarán encantados porque vives el mejor momento de tu carrera pero, al mismo tiempo, deben estar preocupados porque muchos ojeadores de la NBA estarán pendientes de ti…

FC – No me pongo a pensar mucho en eso, la verdad. Quizás en años anteriores sí me obsesionaba con este tema o me autopresionaba… Realmente me obsesionaba. Pero ahora estoy en una etapa más relajada, más tranquila y por algo renové tres años acá. Me siento muy cómodo, me siento importante, me siento con responsabilidad, me siento con presión, que al fin y al cabo es lo que buscaba, me siento acompañado por compañeros increíbles, con un grupo humano muy bueno. Esa comodidad no se cambia por nada. Si en el día de mañana llega, bienvenido sea, pero en este momento estoy preocupado por encontrar mi techo en el Real Madrid.

EH – Le pasó al ‘Chapu’ Nocioni. Estuvo aquí apenas tres años y era un ídolo de la afición ¿Qué tenéis los jugadores argentinos para ser un imán para la afición?

FC – Quizás esa entrega, esa pasión con la que jugamos en cada partido, tirarnos al piso a buscar cada pelota. Quizás eso a la gente le gusta, se levanta, se viene arriba y contagia a la vez. Si mirabas al ‘Chapu’, es el ejemplo de eso. En los partidos importantes le mirabas a los ojos y ya sabías que te iba a competir, que iba a buscar la pelota arriba del aro e iba a hacer lo posible para ganar. Eso, la verdad, siempre lo quieres tener en un equipo.

EH – En mi opinión, eres el jugador más divertido de ver en la Euroliga. Merece la pena pagar un entrada por verte jugar. ¿Cómo de importante es tener un entrenador como Pablo Laso para desarrollar ese estilo de juego tan divertido con libertad?

FC – Tener un entrenador como Pablo es importantísimo. Que te dé la confianza, que te deje también ser libre pero también con normas y reglas dentro de la cancha, dentro de cada partido. En ningún momento te dice como atacar. Quizás te dé algunos consejos, pero nunca te ata como jugador, nunca te traba. Eso al jugador lo hace feliz en el día a día. En una temporada tan larga como esta un jugador es feliz cuando mejor juega. Yo destacaría esa virtud que tiene Pablo de darle confianza y darle esa felicidad al jugador adentro de la cancha.

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