Para el Prometey, es algo más que baloncesto

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Alex Madrid

28/Mar/23 13:58

Eurohoops.net
Prometey-EuroCup

El Prometey Slobozhanske es el equipo más en forma de la 7DAYS EuroCup, con 10 victorias consecutivas a pesar de jugar a 1.500 kilómetros de su casa debido a la guerra en Ucrania.

Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net

En 1992, un entrenador novato llamado Zeljko Obradovic condujo al Partizan de Belgrado a la conquista de la Copa de Eurpa en una temporada que acabó siendo histórica por más de una razón. Fue un comienzo impresionante para un icono de los banquillos, la final se decidió con un tiro ganador Sasa Djordjevic… pero hay algo que destaca aún más.

Debido a la guerra en la antigua Yugoslavia, el Partizan no jugaba sus partidos en la capital serbia, sino en Fuenlabrada.

Avancemos en el tiempo, donde treinta años más tarde, Europa vuelve a estar en guerra. Y en la 7DAYS EuroCup, el Prometey domina. Tras la invasión rusa de Ucrania, el club decidió continuar su actividad y jugar todos sus partidos como local en Riga (Letonia).

Y los resultados han sido impresionantes hasta ahora. El Prometey está invicto en casa desde que empezó la temporada. En este momento, lidera el Grupo A con un balance de 13-4, una victoria más que el favorito del grupo, el Joventut Badalona. Con el último partido de la temporada regular en casa, en Riga, contra la Umana Reyer Venezia, el Prometey puede asegurarse el primer puesto de la clasificación y convertirse de repente en el equipo a batir.

A diferencia del Partizan versión 1992, éste es un equipo lleno de veteranos. El seleccionador israelí Ronen Ginzburg no es un novato. Dirigió a la selección checa en el EuroBasket de 2015 y 2017, así como en los Juegos Olímpicos de verano de 2020, aprovechando al máximo una generación encabezada por las estrellas del Barça Tomas Satoransky y Jan Vesely.

Obviamente, no esperábamos esa racha de 10 victorias“, admitía Ginzburg. “Nadie lo esperaba. Tenemos un equipo nuevo, no todos los jugadores están al máximo nivel de la EuroCup, pero hemos creado una gran química. Nuestro objetivo era simplemente llegar a los playoffs“.

Aun así, la plantilla cuenta con jugadores curtidos en Europa, como el campeón italiano en 2019 DJ Kennedy, que desgraciadamente se lesionó; el alero de altos vuelos DJ Stephens; el ex escolta del Movistar Estudiantes Gian Clavell; el pívot Ondrej Balvin, que cumple su sexta temporada en la EuroCup; y jugadores ucranianos de primer nivel como Oleksandr Lypovyy, que jugó en Grecia con el Promitheas; e Issuf Sanon, que ya probó suerte en la temporada 2019-20 con el Cedevita Olimpija Ljubljana.

Añádase a la mezcla el alero de primer año Caleb Agada, también con pasado en España, que ha desmotrado sus credenciales desde el principio. Durante la pretemporada, el Prometey consiguió vencer al Fenerbahçe en un torneo de preparación en Turquía, con Agada a la cabeza logrando 18 puntos y 4 robos. En aquel momento fue una nota a pie de página, ya que el Fenerbahçe no contaba con muchos de sus jugadores.

Sin embargo, ahora parece una señal evidente de lo que está por venir, ya que Agada es el máximo anotador del equipo más en forma de la EurpCup. Y como el Gran Canaria es el único equipo con un registro mejor, aunque en un grupo diferente de la temporada regular, este equipo parece no tener techo.

No está nada mal para un equipo nuevo, como explicó Ginzburg: “Construimos la plantilla partiendo de cero y sabíamos que no podíamos jugar en casa, así que nos trasladamos a Riga, en Letonia, que está a 1.500 kilómetros del Dnipro. Tenemos siete jugadores ucranianos, que se trajeron a sus mujeres e hijos y el equipo alquiló apartamentos para todos“.

Tampoco ha habido quejas.

Seamos realistas: vivimos en una buena ciudad, todo el mundo tiene donde vivir y las condiciones del entorno son excelentes. Tenemos unas instalaciones de entrenamiento de alto nivel y un gran pabellón“, añade Ginzburg.

A la sombra de la guerra

Entonces, ¿cómo se prepara un equipo cuando hay una guerra abierta que afecta a todos los implicados en el club?

El entrenador Ginzburg comprendió perfectamente la situación desde el primer momento y tenía una regla sencilla que hasta ahora ha funcionado, sin siquiera tener que utilizarla: “Es muy complejo. En el primer entrenamiento antes de la nueva temporada, reuní a los jugadores y les presenté una regla: si alguien siente que tiene un problema y no está concentrado, no pasa nada por no entrenar o no jugar, siempre que lo diga. Nadie lo ha pedido hasta ahora, a pesar de las presiones que sufren. Así que es cierto que las mujeres y los hijos están con ellos, pero como usted ha dicho, algunos han dejado atrás a padres y hermanos, y cuando oyen hablar de ataques rusos a las ciudades, aquí todo el mundo se pone en alerta“.

Mientras tanto, había cuestiones prácticas relacionadas con la guerra con las que Prometey tenía que enfrentarse.

Había otro elemento que nos afectaba: la obligación de alistarse en el ejército ucraniano y la prohibición de abandonar el país“, explica Ginzburg. “Como la mayoría de los jugadores aparecen en la selección, estaban exentos, pero los miembros del staff -mi ayudante, el preparador físico, el fisioterapeuta- tenían que viajar cada mes al paso fronterizo, entrar en Ucrania y renovar su confirmación. Como no hay vuelos, cada vez viajaban 48 horas en cada sentido. Hace dos meses suspendieron este procedimiento“.

Por supuesto, eso es una nota al pie del sufrimiento de todo un país y Prometey comprende perfectamente lo que representa.

Suelen venir 1.000 personas a nuestros partidos en Riga, algunos de ellos ciudadanos locales y otros refugiados ucranianos que ahora viven aquí“, explica Ginzburg. “Como jugamos en un pabellón de 10.000 localidades, no disfrutamos de un ambiente de lleno absoluto, pero hubo dos ocasiones en las que el estadio se llenó. Así que nos fuimos al Zalgirio Arena de Kaunas, que es aún más grande“.

El momento más emocionante que viví el año pasado fue cuando el presidente del club, Volodimir Dubinsky, organizó dos autobuses de aficionados del Dnipro, que vinieron hasta Letonia para ver nuestros partidos de la EuroCup. Les consiguió habitaciones de hotel en la ciudad y se ganaron unos días de descanso. Miré a mi alrededor, observé las caras de la gente, y pude ver que estaban pasando por algo terrible. En el vestuario, antes del partido, les dije a los jugadores: ‘Si esta gente invirtió y vino hasta aquí, durante una guerra, ¿quiénes somos nosotros para no luchar en la cancha?’ Así que salieron a la pista y ganaron“.

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