La lupa en el Pireo

2015-03-27T01:32:25+00:00 2015-03-28T12:20:53+00:00.

GiorgosIoakimidis

27/Mar/15 01:32

Eurohoops.net

La lupa abre la semana 12 del Top 16 con el análisis del gran partido entre el Olympiacos y el Efes en Grecia

Por Panos Katsiroumpas/ info@eurohoops.net

La lupa abre la semana 12 del Top 16 con el análisis del gran partido entre el Olympiacos y el Efes en Grecia.

Si podemos hablar de milagros baloncestistas, entonces el Olympiacos definitivamente obró uno de ellos con su gran victoria ante el Efes, si tener en cuenta que jugó sin dos de sus mejores jugadores en términos de eficiencia ofensiva y creativa (Spanoulis y Sloukas). Debido a estas bajas el Olympiacos trató de atacar desde los postes y en transición en cada oportunidad que tenía. Además se necesitaba una buena ejecución en cada ataque.

Los dos equipos tuvieron unas tácticas defensivas diferentes. El Olympiacos prefirió hacer cambios tras los bloqueos con el fin de dar espacio y tiempo a Heurtel y Draper para tirar y penetrar. Fue un plan efectivo puesto que juntos anotaron 6 puntos con la estrella francesa metiendo tres de ellos con un triple en contragolpe. En 40 minutos los griegos les contuvieron a sólo 3 puntos en ataques posicionales.

Sin embargo, este plan defensivo llevaba algunos riesgos. El Efes creaba todo el tiempo desajustes defensivos en la pintura con sus jugadores aprovechándose de ellos desde muy temprano. Lo hacían con la ejecución dentro de la pintura o por medio del juego interior cuando la ayuda venía en su mayoría desde el lado débil. Durante tres cuartos el Efes pasaba bien al lado débil, encontrando tiros abiertos de Janning, Batuk y Perperoglou.

Cuando un equipo basa su defensa en los cambios las jugadas de dos contra uno y las rotaciones deben ser muy ofensivas para provocar ejecuciones difíciles o pérdidas de balón. A medida que trascurría el partido el Olympiacos llegó a ser más rápido y más ofensivo en las jugadas de dos contra uno, las defensas de hedge out y las rotaciones, lo que fue una razón más por la que ganó el partido.

La otra razón fue la forma en que los jugadores de la zaga jugaron todo el partido. Sin una amenaza estable desde el poste y con jugadas de transición limitadas, el Olympiacos necesitaba la contribución de sus bases y escoltas. Mantzaris y Lafayette asumieron la responsabilidad y empezaron a atacar la defensa del Efes que prefirió no cambiar sino dar algunos espacios, pensando que Mantzaris no ejecutaría y Lafayette no penetraría.

Ambos hicieron lo que la defensa del Efes pensó que no eran capaces de hacer. Mantzaris y Lafayette penetraban y ejecutaban en cada oportunidad destruyendo el plan defensivo del equipo turco. Por otra parte, aunque Lojeski jugaba en la posición de escolta (lejos de su juego favorito que consiste en ejecutar desde el lado débil), fue muy eficaz en términos de creación, salir tras los bloqueos en las alas castigando con sus pases las rotaciones de la defensa turca.

El resultado de todo esto fue una locura. Los tres contribuyeron 35 puntos y 16 de las 19 asistencias del Olympiacos. Sin Spanoulis y Sloukas nadie esperaba que la línea trasera del Olympiacos aportara tanto.

Durante 30 minutos el Olympiacos no fue constante en los postes, sin juego en transición, con menos de 50% desde la línea de tiros libres, y menos de 25% detrás de la línea de tres. No obstante, los rojos se mantenían en el partido y esto fue un milagro baloncestista.

En el cuarto decisivo el Olympiacos encontró su ritmo habitual y las cooperaciones en ataque, y todo eso gracias a de uno de los más puros talentos griegos, Ioannis Papapetrou, y a su juego ofensivo variable y elegante. Tiraba desde el perímetro, amenazaba desde el poste y creaba boteando. Él anotó 10 puntos en el comienzo del último cuarto, Lafayette metió grandes triples tras unos bloqueos y los rojos también encontraron dos grandes tiros con Príntezis y Lojeski tras una buena circulación de balón y ejecución desde el lado débil. Fue una victoria con agallas para el Olympiacos, una victoria que templa la voluntad y da a los jugadores la confianza y el ímpetu.

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