Por Alex Molina / amolina@eurohoops.net
Puede que el Sol, el calor y el buen tiempo hayan llegado a Barcelona, pero en la Liga Endesa siempre es temporada de cítricos. Un triple de Sergio Llull ha sido clave para que el Real Madrid se lleve el Clásico ante el Barça por 89-91. Los azulgranas no han encontrado solución a Tavares, pero ha sido el balear el que ha terminado de decantar el partido con el que los blancos se reafirman en el liderato en solitario.
Como en casi todos los Clásicos, la igualdad fue la que mandó en el partido, tanto en el tanteo como en los duelos individuales. Garuba le comió la tostada a Jabari Parker en más de una ocasión, del mismo modo que Ibaka a Willy (cuántas cuentas pendientes entre estos dos) o Parra a Hezonja. Los pistoleros Punter y Llull (19 puntos cada uno) también se contrarrestaban, por lo no había nadie que rompiera un poco el partido hasta la irrupción de Joel Parra (15 puntos y 6 rebotes). El zurdo sigue en un momento de forma fantástico y comandó el ligero parcial azulgrana (31-26)… que fue sofocado por Musa. A base de penetraciones marca de la casa, el bosnio fue el principal culpable de que el Real Madrid se marchara al vestuario con ventaja (39-42 al descanso).
Los constantes problemas para parar a Tavares (15 puntos, 10 rebotes y 25 de valoración) tras el cambio a todo forzaron al Barça a dejar más espacios a fuera, una circunstancia que los blancos leyeron y castigaron a la perfección. Con la mayor ventaja hasta el momento para el Real Madrid, también llegó el momento de mayor calentura en el Palau. Tras un matazo de Satoransy sobre el caboverdiano, llegó la polémica arbitral: técnica a Peñarroya (avisado desde el primer cuarto), antideportiva a Llull, enganchón entre Tavares y Fall con Campazzo de invitado especial. En definitiva, un Barça – Real Madrid de toda la vida, ya que para Hezonja hubo otra en la primera mitad.
El festival de pito se saldó con un 48-55 que los visitantes lograron estirar hasta el 50-59, apovechándose de que Punter no anotaba en la segunda mitad y Brizuela seguía sin aparecer. Pero una técnica a Tavares por retrasar el saque rápido del Barça fue todo lo que necesitaron los azulgranas para reactivarse hasta empatar el partido a 59… momento en que Fall se marchó expulsado por doble técnica.
Comenzar el último cuarto con 61-68 era sin duda fantásticas noticias para el Real Madrid, pero los blancos se atragantaron con el formato pequeño del Barça. No contar con Fall ni con Willy, por motivos muy distintos, obligó al técnico azulgrana a apostar por Parker de pívot, una opción que funcionó a las mil maravillas. Tras muchos minutos (y coincidiendo con la ausencia de Tavares) el Barça se colocó por delante con el 73-72, condenando el partido a una igualdad que a pesar de los intentos del renacido Feliz (14 puntos), duró hasta el último minuto.
Llull y uno de los triples más afortunados de su carrera pusieron un 83-85 que Musa (15 puntos) se encargó de disparar hasta el 83-88 a falta de 35 segundos, una distancia que el Barça no pudo remontar ya que Tavares, quién si no, agarró el rebote ofensivo tras el doble fallo de Deck para certificar el triunfo blanco.