Por Eurohoops team / info@eurohoops.net
No es solo una cuestión de rotación más profunda o de algunos retoques en el banquillo: han cambiado las jerarquías técnicas, los pilares del proyecto e incluso el assetto propietario. Al inicio de la temporada regular el cuadro está claro: la franquicia gualda y púrpura ha entrado en una fase “nueva” – ambiciosa, compleja, de alto riesgo/alta recompensa – que merece ser contada con orden.
Tres grandes discontinuidades: propiedad, banquillo, estrella de referencia
La propiedad: el paso de la cuota de mayoría al propietario de los Los Angeles Dodgers, Mark Walter, aprobado por unanimidad por el Board of Governors de la NBA, marcó el fin de la era Buss como accionista de control (Jeanie Buss sigue como gobernadora y mantiene una cuota minoritaria). Es un cambio de diez mil millones de dólares que aporta recursos y know-how de gestión deportiva ya probados a nivel MLB, con el objetivo declarado de mantener excelencia competitiva y marca global.
El banquillo: JJ Redick, tras una temporada de 50 victorias y tercer puesto en el Oeste, ha recibido una extensión de contrato. El mensaje del front office es explícito: continuidad técnica, identidad clara, desarrollo de principios modernos (spacing, hand-off, 5-out variable) y cultura de responsabilidad.
La superestrella: el terremoto real fue el traspaso que envió a Anthony Davis a los Mavericks y trajo a Luka Dončić a los Lakers. Un blockbuster que reescribió el mapa de poder en la NBA, con la posterior prolongación por tres años de Dončić que ha blindado el proyecto hasta 2028. La idea es sencillísima de decir y complicadísima de ejecutar: poner en manos de una mente baloncestística generacional un ataque construido por lecturas, tiros tras bote y ventajas repetidas.
Cómo ha cambiado el equipo: estructura, jerarquías, emparejamientos
Rob Pelinka completó la obra rellenando casillas clave. Deandre Ayton llegó después del buyout con Portland: contrato bianual, rol de pívot titular para dar verticalidad al pick-and-roll de Dončić, protección del aro “funcional” y un punto de gravedad en el short roll (tiro de codo y toques en dunker spot). Marcus Smart, a su vez, aterrizó en L.A. con otro bianual post-buyout: liderazgo defensivo en el perímetro, comunicación, lecturas “scrappy” de líneas de pase. Dos fichajes perfectamente coherentes con lo que exige Redick en los dos lados de la cancha.
Al lado de los nuevos, los equilibrios internos ya están en movimiento: Austin Reaves ha elevado su influencia ofensiva en el inicio de temporada, incluso mientras LeBron ha gestionado molestias, asumiendo responsabilidades primarias en la dirección y en el shot-making de conexión. El resultado: un ataque capaz de sobrevivir a las ausencias y un perfil más elástico en las alineaciones “3-guard” cuando Smart y Reaves comparten pista con Dončić.
En el fondo de la rotación, las señales de Dalton Knecht son alentadoras: Redick ha subrayado públicamente su calidad ofensiva en el training camp, con el habitual caveat sobre la consistencia defensiva que determinará sus minutos reales en regular season. Si se convierte en un tirador fiable en movimiento, los Lakers ganan un arma esencial para castigar los colapsos defensivos sobre Dončić/Ayton.
Qué dicen los primeros diez partidos: identidad y áreas de crecimiento
A inicios de noviembre, récord 7-3 y primer puesto en la Pacific. Es una foto todavía parcial, pero suficiente para trazar dos directrices: el equipo aguanta física y mentalmente las ausencias en rotación (LeBron, Ayton), y la defensa sobre el point of attack tiene otro tono con Smart. En ataque, la convivencia Dončić-Reaves-LeBron se está definiendo: el playmaking primario de Luka es el baricentro, LeBron selecciona los momentos para atacar como “4-creator” y Reaves se mueve entre creador secundario y cierres de posesión. Hay altos y bajos (la derrota en Atlanta mostró qué sucede cuando bajan la energía y la presencia en el rebote), pero la dirección es clara.
La pizarra de Redick: por qué puede funcionar
El ataque de Redick construye ventajas seriales con el pick-and-roll de Dončić y la amenaza del pull-up de tres, alimentando short-roll y “Spain” con Ayton (o Vanderbilt/Hayes para variantes defensivas). La integración de Smart libera a Reaves de tareas más pesadas sobre el point of attack y permite quintetos switch-heavy cuando LeBron actúa como 4. Si Knecht u otro tirador (Kleber spot-up) consolidan un 39-40% en catch-and-shoot, las defensas se verán obligadas a elegir su veneno.
La contracara: sin Davis, la protección del aro “élite” no es automática y el rebote defensivo hay que cuidarlo (Ayton es más eficaz cuando está concentrado, pero necesita sentirse dentro del partido). Además, la gestión de cargas/lesiones de LeBron y el uso de Luka en regular season exigen rotaciones responsables: minutajes sostenibles, partidos “gestionados”, jerarquías claras.
Expectativas realistas: el plan mínimo y el best-case
Plan mínimo: con este talento, el play-in debe quedar fuera del vocabulario: top-4 en el Oeste, factor cancha en primera ronda y un ataque top-10 son objetivos coherentes con el valor de la plantilla. Las primeras semanas lo confirman.
Best-case scenario: si Ayton se mantiene sano y comprometido, Smart sostiene disponibilidad atlética y Reaves confirma el salto, los Lakers se convierten en aspirante creíble. La variable propietaria (Walter) promete estabilidad económica y reactividad en las micro-movidas de contorno durante la temporada. La química LeBron-Luka es la llave maestra: si encuentran la “partitura” para atacar en oleadas alternas (no competitivas), en series largas el valor combinado de creación de tiro y lecturas puede marcar la diferencia.
Riesgos: lesiones y déficit de talla cuando Ayton se sienta; posibles agujeros en rebote; defensa de las esquinas si se tira demasiado de small-ball; gestión del ritmo de Dončić en 82 partidos. No es casual que ya circulen rumores sobre posibles refuerzos adicionales en el frontcourt para la deadline.
Las valoraciones de modelos predictivos y de mercados informativos, incluidos los monitorizados por el mundo de las apuestas deportivas, enmarcan a los Lakers entre los equipos con mayor varianza: el upside de título existe, pero depende de la salud del núcleo y del asentamiento táctico de noviembre-diciembre.
