Una burbuja, último recurso que baraja la Euroliga

2020-08-25T13:31:10+00:00 2020-08-25T13:31:10+00:00.

Alex Madrid

25/Ago/20 13:31

Eurohoops.net

La temporada comienza en un mes y la Euroliga espera que todo vaya según lo planeado.

Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net

La temporada de la Euroliga está programada para comenzar el 1 de octubre y, aunque en este momento tener aficionados en las gradas a lo largo del año parece una posibilidad remota, se espera que la competición comience a tiempo.

No hace falta decir que los clubes tendrán que ser creativos y encontrar formas de compensar los ingresos del día del partido, sin embargo, todos los acuerdos de patrocinio y derechos televisivos de la Euroliga permanecen prácticamente sin cambios desde su estado prepandémico.

Turkish Airlines, el patrocinador que da nombre la competición, sigue siendo uno de los principales socios de la Euroliga a pesar de los rumores que sugerían lo contrario. Además, todos los principales acuerdos de televisión a largo plazo en Europa ya estaban cerrados. Incluso en los países bálticos, donde expiró el contrato televisivo, EuroLeague y TV3 Group ampliaron su asociación prácticamente bajo los mismos términos.

Es por eso que la liga tiene fondos suficientes y la capacidad para permitirse dar más dinero a los clubes aumentando las cuotas del mercado y recompensando la clasificación final de la próxima temporada, que se espera que concluya con la Final Four de Colonia.

Mientras tanto, la Euroliga está tratando de ayudar a los clubes a encontrar diferentes fuentes de ingresos que puedan al menos cubrir las pérdidas que supone no tener aficionados en las gradas.

Un tipo de publicidad diferente

La Euroliga instó a todos los clubes a impulsar una actualización digital ya que la pandemia de coronavirus ha creado una situación antes no conocida, pero los resultados de este esfuerzo dependen de cada club y de cada mercado.

Lo que es casi un hecho para todos los clubes es que intentarán utilizar las gradas vacías para obtener más oportunidades publicitarias. Se espera que todos los pabellones de la Euroliga tengan una segunda línea de tableros led para aumentar estas oportunidades. Los aficionados también deben prepararse para ver por televisión carteles publicitarios o lienzos incluso más grandes, que podrían cubrir los asientos y actuar como anuncios.

Nadie, por supuesto, espera que esta medida compense las pérdidas de ingresos por venta de entradas, pero si no se permiten aficionados en los pabellones el 1 de octubre, esta es prácticamente la única alternativa.

La burbuja como último recurso

En este momento, la Euroliga todavía cree que la temporada comenzará a tiempo y espera que al menos algunos aficionados puedan asistir a los partidos. Sin embargo, con el aumento en Europa de casos de COVID-19, no se puede descartar ninguna opción.

La Euroliga está en contacto constante con epidemiólogos y la OMS, se espera que los protocolos sanitarios y de seguridad para los partidos y los viajes se establezcan en septiembre. Todos se preparan para una temporada que se desarrollará según lo programado, aunque eso signifique jugar a puerta cerrada.

Dicho esto, es ingenuo no prepararse para lo peor. Una “burbuja” como la de la NBA, que demostró ser segura, es el último recurso de la Euroliga. Hay varias razones para ello. Uno de los principales problemas que tiene que afrontar la Euroliga en ese caso es el calendario, que también depende de las ligas nacionales. Para llegar a una burbuja, los clubes de la Euroliga deben abandonar las ligas de sus países, la mayoría de las cuales también apuntan a un inicio de octubre, o lograr algún tipo de entendimiento entre ellos para que cambien los calendarios.

Si llegamos a ese punto, parece que incluso en este escenario, no se puede excluir una reestructuración total de los calendarios de las ligas europeas, porque una burbuja probablemente también significará un cambio en el formato. Aún así, es un caso que aún parece lejano.

Dicho esto, esté atento a los dos torneos de pretemporada en Kaunas y, más importante, en Valencia. Nadie lo admitirá, pero también podrían servir como ensayo general para la versión de la burbuja de la Euroliga.

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