Por Alex Molina / info@eurohoops.net
El Barça – Fenerbahce de esta tarde es mucho más que un partido de fase regular de Euroliga. No solo porque los azulgranas, en plena línea ascendente, intentarán endosarle al equipo más en forma de Europa su primera derrota de la temporada, sino porque vuelve uno de los jugadores más queridos e importantes de los últimos años en can Barça.
Los éxitos recientes de la sección culé no se podrían entender ni concebir sin la figura de Nick Calathes, que se marchó para hacerle hueco a Tomas Satoransky de forma un tanto extraña. La llegada del base checo obligaba a su salida pero el internacional griego tenía aún contrato, por lo que una negociación entre las partes era inevitable. Pero el Barça jamás anunció que dejaba de ser jugador culé. Los fans azulgranas solamente se enteraron de que su calvo favorito dejaba el club con la noticia oficial de su llegada al Fenerbahce.
El que sí que tuvo palabras de despedida por parte del Barça (brevísimas y compartiéndolas con Rolands Smits y Brandon Davies) fue Nigel Hayes–Davis, y ambos han saludado esta mañana los que fueron sus compañeros.
👋 Matí de retrobaments al Palau
🙌 Benvinguts @Nick_Calathes15 & @NIGEL_HAYES! pic.twitter.com/y0BUQoBRxe
— Barça Basket (@FCBbasket) November 4, 2022
A pesar de durar 24 segundos, el vídeo publicado por el Barça da para mucho: ‘Calvathes’ risueño como siempre, saludando a todo el mundo. En el ranking de bromistas del vestuario azulgrana de la pasada campaña, probablemente él, Abrines y Mirotic, ocuparían el podio. Con el montenegrino, cada vez más integrado en el trabajo diario con el resto del grupo, tenían una relación más que especial, prácticamente hermanos tanto dentro como fuera de la pista, y Nikola sí que se despidió de él en las redes sociales.
Pero lo bueno llega al final. Pocos saludos más fríos que el protagonizado por Jasikevicius y Calathes y eso que no hace mucho eran amigos. Está más que claro que en el verano pasaron cosas entre ambos, con recados para el lituano de parte del griego, pero el tiempo (y los títulos, para qué nos vamos a engañar), será el que determine quien tenía razón en la salida de Nick del Barça.