Por Javier Molero/ jmolero@eurohoops.net
Fenerbahçe conquista la Euroliga. Saras Jasikevicius da a los de Estambul su segundo título de la máxima competición europea (tras la de 2017 con Obradovic en el banquillo), y derrota (70-81) a un Mónaco que vendió cara su piel. Esfuerzo extra de los turcos en el último cuarto para tocar el cielo en Abu Dhabi.
🏆 ¡¡Levanta Fenerbahçe el trofeo de la Euroliga al cielo de Abu Dhabi!!pic.twitter.com/9iQmm0xv6h
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La defensa fue clave, y la anulación completa de Mike James impulsó a los de negro y amarillo a volver a hacer historia. El broche de oro a una temporada por debaj del radar, la guinda del pastel a un proyecto que parecetan solo nacer. Hoy celebra Turquía, hoy Estambul tiene motivos para sonreír y seguir creyendo que el baloncesto es el deporte rey en el país otomano.
Mónaco no perdió tiempo
La final de la Euroliga es el partido más importante de la temporada. Y el inicio, como era de esperar, no decepcionó. Con los dos equipos muy físicos en bloqueos y rebotes, Mónaco encontraba buenos tiros (11-4), con Mike James gustándose y castigando a su par constantemente. Le costó al Fenerbahçe coger aire en estático.
😮💨 El ESFUERZO TREMENDO de Hayes-Davispic.twitter.com/0FHoY8DV6q
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Los de Estambul respondían a los triples monegascos, no le quedaba otra. Los de Spanoulis tenían más registros, con Theis y Jaiteh haciéndose grandes en la pintura. Los pupilos de Jasikevicius controlaron el rebote, y Baldwin dio fluidez para acercar a los suyos con la bocina del primer cuarto (20-18).
Subió el nivel defensivo Fenerbahçe, y quería correr y buscar posesiones cortas. Tres minutos para la primera canasta, y el esfuerzo de ambos era soberbio. Theis castigaba la mala movilidad de Sanli, y Calathes ponía calma para encontrar las mejores opciones. Que, constantemente y sin sorpresa, eran Alpha Diallo al poste (27-21).
Fenerbahçe tiene mil vidas
Obligados a tirar los turcos, que volvían a ser un mar de dudas. Mónaco seguía castigando desde el triple (32-23), y le costaba a Fenerbahçe defender quintetos pequeños. Melli y Hayes-Davis forzaban a Spanoulis a parar el partido y poco a poco imponían su ritmo para irse 33-35 al descanso, con otras sensaciones y con un parcial de 1-12 por medio.
🤩🕺¿Cómo se baila en la pintura? Hayes-Davis te lo explica…pic.twitter.com/urQaeaPvjK
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Las ayudas para que Mike James no recibiera funcionaban, pero Fenerbahçe olía la sangre con Hall y Guduric calentando muñeca. Los de Jasikevicius seguían castigando en poste bajo, y Strazel lideraba las penetraciones, el único recurso de los monegascos con el entramado defensivo otomano (43-42).
😮 Vaya MUELLES de Devon Hall pic.twitter.com/JRkONPwiFV
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Minutos de igualdad, de partida de ajedrez y de saber que se juegan el título de la Euroliga. Errores, codazos en rebotes, intensidad y de Alpha Diallo reventando, otra vez más, desde el triple. Respondían Guduric y Baldwin, y el público se volvía loco en Abu Dhabi. Fenerbahçe ganaba enteros en el rebote ofensivo, y la final se iba 51-54 al último asalto, a favor de los turcos.
Sprint final hacia el título
Se empeñaba Mónaco en meter balones dentro, y Fenerbahçe leía todo. Midiendo los tiempos los de Jasikevicius, que forzaban posesiones largas y sin ideas de los de Spanoulis. Cerrando el rebote rugía la parte amarilla de Abu Dhabi (51-59), y se les ponía muy de cara. McCollum se unía a la fiesta y parecía haber solo un equipo en pista.
James tomó el mando, como el máximo anotador histórico que es. Pero esto no fue sinónimo de éxito. Más listo Fenerbahçe en cualquier lance y con ideas en ataque (57-65). Sacando petróleo del rebote ofensivo, el trofeo empezaba a coger tintes amarillos. Un triple y una antideportiva daba alas a los de El Principado, pero las prisas mataron a los de Spanoulis, que no supieron leer el momento de partido (64-69).
La defensa, como ha pasado toda la vida, gana campeonatos. Guduric calmó las aguas, y dio la daga final que otorgaba a Fenerbahçe el segundo título de su historia (70-81). El delirio turco en la grada indicaba la hazaña que acababan de conseguir en Abu Dhabi, con un imperial Saras en el banquillo. El lituano sucede a Zeljko Obradovic como único artífice del mayor éxito europeo, emulando lo conseguido en 2017.
La primera de Sarunas como técnico, un golpe en la mesa confirmando el proyecto que ha ido creando, poco a poco, en Estambul. Turquía vuelve a estar en lo alto del baloncesto europeo.