Edy Tavares: “Estar en el Real Madrid es como estar en la NBA”

2019-10-03T10:01:37+00:00 2019-10-03T10:01:37+00:00.

Alex Madrid

03/Oct/19 10:01

Eurohoops.net

Edy Tavares ni siquiera había tocado un balón de baloncesto hasta los 17 años. Ahora, una década después, es uno de los líderes del Real Madrid. Eurohoops tuvo la oportunidad de hablar con él antes del inicio de una nueva temporada de Euroliga.

Por Alex Madridinfo@eurohoops.net

Su sola presencia en el parqué intimida a todos los rivales. Y, cuando le miras de arriba a abajo, entiendes por qué. Desde sus 220 centímetros de altura, Walter Tavares (Maio, Cabo Verde, 1992) ha sembrado el terror en la zona hasta llegar a convertirse en el mejor defensor del continente. Sin embargo, unos minutos con él son suficientes para darte cuenta de que se trata de una persona amable, sonriente e incluso algo tímida.

Edy, como prefiere que le llamen, atiende a Eurohoops antes de iniciar una nueva temporada de Euroliga, su tercera con la camiseta del Real Madrid. Y eso que, hace apenas 10 años, ni siquiera había pensado en jugar al baloncesto.

Explícame cómo te descubrieron. Vivías en Cabo Verde y un día, con 17 años, te ofrecen la oportunidad de jugar al baloncesto. ¿Cómo fue aquello?

Edy Tavares. Todo fue gracias a un alemán. Tenía un pequeño bar delante de la casa de mi abuela y siempre le pedía alguna cosa, agua o lo que fuera. Un día me preguntó si quería jugar al baloncesto. Así empezó. Me pidió que me sacara una foto con una persona de una altura normal. Me hice una foto con mi cuñada, que me llegaba por la cintura. Se la llevó a Las Palmas y se lo dijo a un amigo. “Conozco a un chico en Cabo Verde que es más alto que todos los que están en la cantera del Gran Canaria”. Consiguió que los que trabajaban en las categorías inferiores fueran de vacaciones a Cabo Verde. Me hicieron unas pruebas de tres o cuatro días y, cuando se fueron, me mandaron a buscar.

Y, si nadie te hubiera descubierto, ¿qué estarías haciendo ahora?

ET. Pues no lo sé. Creo que estaría igual, con mi madre, en la tienda que tenía. Era una tienda pequeñita, donde estaba casi todos los días. Yo en la tienda entraba, pero la barra me quedaba por la cintura [ríe]. Tuve que dejar la escuela para ayudar a mi madre porque trabajaba mucho. Empecé a ayudarla todos los días porque la pobre no descansaba.

Pese a empezar a jugar tarde, quemaste etapas muy rápido. Cinco años después de tu primer contacto con el baloncesto te eligen en el draft. Qué fue más duro, ¿el trabajo durante esos cinco años o encontrar zapatos de tu talla (Edy calza un 54) para la noche del draft?

ET. Es una pregunta difícil… pero creo que encontrar los zapatos para el día del draft [ríe]. Tuve que llevar unos zapatos de Shaquille O’Neal, que encargó y nunca fue a buscar. Yo había pedido otros, pero no tenían de mi talla. Era una tienda famosa por hacer zapatos a jugadores de la NBA y, como no había de mi talla, usé los de O’Neal. Era una talla 22, dos más que la mía, así que me costó subir la escalera para saludar al vicecomisionado.

¿Qué enseñanza te llevaste de tu etapa en Estados Unidos y Canadá?

ET. Me llevé una enseñanza mental. Aprendía a ser fuerte mentalmente y a seguir luchando. A seguir mejorando y entrenar más de lo normal para llegar donde yo quería llegar. Sé que es una competición difícil, porque no tienes el apoyo de todo el mundo. No es como aquí, que todo el mundo te arropa, te intenta ayudar y te empuja para que mejores. Allí, si no lo haces por tu cuenta, nadie te va a ayudar. El tema mental fue muy importante, porque es muy duro.

Entonces, cuando recibes la llamada del Real Madrid, ¿fue difícil decidir volver a Europa?

ET. Cleveland ya tenía una idea conmigo. Pero luego pasó lo que pasó con Kyrie Irving, que se quería marchar. Vino un pívot y me dijeron que, aunque me querían mucho, me tenía que ir porque era parte del negocio. Ya tenían a alguien más en mi puesto y, como mi contrato no estaba garantizado, tenía que irme. Yo no quería volver a la D-League. Es una liga muy dura. La vida fuera del baloncesto es un poco complicada. Viajes muy apretado, a las 5 de la mañana… Es muy difícil jugar allí.

El inicio en Madrid no fue sencillo: El equipo estaba sufriendo muchas lesiones, te costó un par de meses adaptarte… Pero, al final de la temporada, erais campeones de Europa.

ET. La idea que yo tenía era venir a dar lo mejor de mí. Todo el mundo decía que no iba a adaptarme, que Pablo Laso era un entrenador al que no le encajan los tíos muy grandes… Pues yo tenía la oportunidad de cambiar esa historia. Me fue muy bien, me arroparon muy bien e intentaron cambiar algunas cosas en defensa para que yo estuviera más cómodo. La adaptación fue rápida porque hay un gran cuerpo técnico que me ayudó mucho.

Una vez conquistado el título colectivo, ¿convertirte en el Mejor Defensor de la Euroliga era otro objetivo personal?

ET. Siempre me ha gustado defender y ayudar a mis compañeros. Suelo decir que mi carta de presentación es la defensa y es de lo que debo preocuparme primero. El ataque viene después. Ganar el premio al Mejor Defensor de la Euroliga para mí es como ganar el MVP. Voy a intentar luchar por él todos los años. Es algo que me motiva, que me empuja a ser cada día mejor en defensa para ayudar a mi equipo.

Tradicionalmente, los exteriores han sido los dominadores ofensivos de la Euroliga. Sin embargo, la temporada pasada los pívots se revelaron y dieron un paso al frente en ataque. ¿Crees que tú también puedes llegar a ser más importante en ataque que en defensa?

ET. Claro que sí. Todo depende de la confianza, de si me llegan balones y, sobre todo, depende de mí: de hacer las cosas bien, estar bien posicionado, saber lo que hacer cuando me la pasan… Si te llega la pelota dos veces, debes saber qué tienes que hacer. Creo que sí, puedo dar un paso adelante en ataque porque tengo condiciones para hacerlo y me siento preparado.

Acabas de firmar una ampliación de contrato hasta 2024, algo que no es nada común en baloncesto. ¿Es Edy Tavares el pilar del futuro Real Madrid?

ET. No sé si seré pilar, pero sí sé que es bueno para mí estar en un equipo como el Madrid. Un equipo con muchísima presión, que hace que no me relaje, que me hace intentar mejorar todos los días, trabajar e intentar estar siempre en el nivel más alto posible. El Madrid me ha dado la oportunidad de estar aquí cinco años y yo necesitaba estabilidad. Cuando estuve en la NBA me estuve moviendo por todo Estados Unidos, así que los cinco años me vienen bien para centrarme, trabajar con constancia y hacer una buena carrera.

Mientras que el Real Madrid ha decidido mantener el bloque, el Barça se ha reforzado mucho. ¿Cómo veis desde aquí los fichajes de vuestro mayor rival?

ET. Un equipo como el Barça tiene que estar arriba. Quieren luchar por todos los títulos y llevaban un tiempo haciendo montones de cambios porque quieren estar ahí. En el baloncesto, cuando pasa una generación, es difícil recuperar otra vez el camino de la victoria. Siempre hay muchos altibajos. Pero creo que se han reforzado bien y, si consiguen una buena química, van a ser un gran equipo.

¿Qué tiene el club para que jugadores como tú, como Sergio Llull o Facu Campazzo no escuchen los cantos de sirena de la NBA?

ET. Lo que tiene este club es que es súper parecido a la NBA, te da las mismas comodidades. Además, aquí necesitas un plus de baloncesto. Como no juegues bien, vas a perder porque todos los equipos tienen una motivación extra al jugar contra nosotros. Creo que, si no es la NBA, es casi idéntico. Las condiciones que tenemos aquí… Tenemos canchas y pabellones increíbles, y las comodidades que da el club son prácticamente idénticas a las de la NBA. Estar aquí es como estar en la NBA, no hay mucha diferencia.

Vayamos con unas preguntas cortas para terminar. Si pusieran la regla de los tres segundos defensivos en Europa…

ET. Lo que pasaría es que pondría más tapones. En la NBA, en la Summer League y en la D-League hacía más tapones por ese motivo. Me daba más tiempo a saltar porque llegaba desde la otra punta [de la zona].  Podía saltar más alto. Al principio me costaba salir y entrar, salir y entrar. Pero, cuando cogí el tranquillo, vi que era mejor. El jugador rival piensa que no vas a llegar, pero sí llegas. Creo que sería más fácil.

Qué prefieres, ¿un buen mate o un buen tapón?

ET. Ufff… Pregunta difícil. Yo creo que un buen mate. Con defender bien e intimidar me vale [ríe].

¿Crees que alguna vez te contarán bien los tapones?

ET. Creo que no. Todos los días, no [ríe]. Si en 60 partidos me tienen que contar bien los tapones, creo que va a ser imposible.

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