Por Javier Molero/ jmolero@eurohoops.net
El debate del mejor jugador de la historia del baloncesto es, y como siempre ha sido, objeto de opinión y de duración infinita. Imposible delimitar y ponerle fin, porque no hay un emblema o trofeo que lo corrobore. Y, como cada uno tiene su opinión, cualquier factor es importante para seguir alimentándolo.
En la última década, LeBron James ha dado motivos de sobra para ser considerado el mejor de los tiempos y acercarse a un Michael Jordan que parecía estar en otra galaxia. Con cuatro anillos a sus espaldas (2012, 2013, 2016 y 2020), el alero de los Lakers tiene su sitio reservado en el Olimpo. También con el ligero detalle de ser el máximo anotador de la historia de la NBA.
Este debate “se hubieses acabado” si se daba un factor concreto. Así lo explicaba Kentavious Caldwell-Pope en Above the Rim Podcast, señalando lo que podrían haber conseguido si el grupo de la burbuja, el que consiguió el anillo en 2020 en Orlando, se hubiese mantenido.
“Ese equipo…tuvimos muchos momentos en los que todo encajó”, comentó el escolta ahora de los Magic. “Fuera de la cancha, dentro de la cancha, invitándonos unos a otros a nuestras casas, simplemente estábamos pasando el rato juntos”, dijo sobre el equipo que alzó el trofeo en 2020.
“Esos eran mis hermanos, pasaba más tiempo con mi equipo que con mi familia… Creo que si hubiéramos mantenido unido a ese equipo, habríamos conseguido dos anillos más”, añadió Caldwell-Pope.
“No habría más conversaciones sobre el mejor jugador de todos los tiempos, LeBron tendría seis anillos”, concluyó el ex de Lakers y Nuggets, entre otros.