Por Javier Molero/ jmolero@eurohoops.net
La NBA espera a Egor Demin. La joya de la cantera del Real Madrid está lista para dar el salto al siguiente nivel. Tras un año sensacionel en BYU, a pesar de las subidas y bajadas, el ruso aterriza en Brooklyn con una expectación por las nubes, saliendo en el Draft 2025 quizá antes de lo esperado.
A escasas horas de su debut con los Nets en la Summer League y con el ruido de las elecciones ilógicas de rookies (tres bases en primera ronda) por el aire, Demin está listo para demostrar al mundo de lo que es capaz, de por qué es uno de los prospects europeos más talentosos de las últimas temporadas.
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Líder en BYU
Egor Demin, con lo visto meses después, se convirtió en el primer gran prospect de BYU en las últimas temporadas. Con los Cougars poniendo todo el dinero sobre la mesa por AJ Dybantsa (favorito al número 1 del Draft 2026), la dinámica creciente de la universidad es una realidad.
Se adaptó rápidamente (experto en ello), hizo suyo el equipo y fue la sombra de Kevin Young en pista. Con sus 2’06, es difícil imaginar un mejor prototipo de base moderno. Comenzó el año siendo el gran líder, pero las sombras llegaron a mitad de temporada. Richie Saunders y Kanon Catchings eran las otras referencias ofensivas, pero todo pasaba por el nivel del ruso.
Team-first mentality from the jump for @whoisegor3 💪
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En una Big 12 repleta de nivel (Houston, Arizona, Kansas, Iowa State…), BYU se mantuvo arriba gracias a Egor. La capacidad que tiene de pase con su altura, la ventaja que saca tras bote y la posibilidad de rebotear y salir corriendo le han hecho especial, y en Brooklyn se han dado cuenta.
Tanto como para elegirle con un pick 8, tras promediar 10.6 puntos, 5.5 asistencias y 3.9 rebotes de media en 33 partidos. Eso sí, un 27% desde el triple que se marca con rojo como asignatura a mejorar. Un director de juego único. La mezcla de altura, agilidad y visión le dará balón desde el inicio.
Empezó el non-conference como un top 5 de su camada. La superioridad al resto, mezcla de físico y elegancia enamoraba a los expertos en el Draft y scouts. La temporada regular le costó más, sobre todo por problemas en el tiro y sin encontrar soluciones en ataque más allá de romper tras bote.
En el torneo de la Big 12 (previo a un March Madness donde BYU cayó en Sweet 16 ante Alabama) volvió a mostrar ese liderazgo e impulsar a los Cougars. Y, con Jordi Fernández desde la banda, su potencial explotará en la liga americana.
Un base en Brooklyn… de tres
El encaje de Demin en Brooklyn es sensacional. Pero, mirando lo que hicieron los Nets con sus…¡5! picks de primera ronda, quizá haya que dar tiempo a lo que pueda ocurrir.
En el puesto 19 seleccionaron a Nolan Traoré, que venía de hacerlo sensacional en Saint-Quentin. De alguna manera, y tras la marcha de D’Angelo Russell, los de Jordi Fernández se aseguran tener dos bases con buen manejo de balón, criados en Europa y con una inteligencia que destaca en el Draft.
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Pero la elección de Ben Saraf en el 26 no termina de entenderse. Pudiendo reforzar varias posiciones con esos cinco picks, y asegurarte tener jugadores de valor para distintos puestos, eligen tres bases que no se sienten cómodo con el tiro. También cierto que Saraf ha hecho una gran temporada en Ulm y es un estilo muy adaptable a la NBA.
Por ello, y con la llegada de estos rookies, no se diferencia a día de hoy el rol que puede tener Egor Demin en Brooklyn. En BYU todas las jugadas pasaban por sus manos, aprovechando la altura y el cerebro para hacer daños en los bloqueos y moviéndose muy bien cuando tocaba correr.
Uno de los grandes talentos de las canteras europeas en el último lustro. Viene de ganar todo con el Real Madrid junto a Hugo González, Ismaila Diagne y compañía. Ahora tiene la mayor oportunidad de su carrera, la perfecta para mostrar al mundo de lo que es capaz.
Debutará la noche del jueves 10 de julio a las 23:30 (horario peninsular) ante Oklahoma City Thunder.