Por Antonis Stroggylakis / info@eurohoops.net
El 5 de noviembre, el Zalgiris Kaunas recibió al ALBA Berlín en la octava ronda de la temporada regular de la Euroliga después de perder en todos y cada uno de los siete partidos que había jugado hasta entonces. Había esperanzas razonables y bastante justificadas entre los aficionados de los campeones lituanos de que esta racha finalmente llegaría a su fin, ya que su equipo jugaba en casa y el oponente, con un récord de 2-5, no era exactamente un equipo al que temer. Al menos no tanto como a otros.
Pero el ALBA ganó. Pocos minutos después del partido, el entrenador del Zalgiris, Jure Zdovc, recibió un bombardeo de preguntas que respondió con un comportamiento estoico, a pesar de su visible decepción y frustración. Estaba tratando de explicar qué estaba mal después de una nueva y mala actuación del equipo de Kaunas.
“Creo en este equipo“, dijo un preocupado Zdovc. “Trabajaré duro y veo algunas cosas buenas. Debemos seguir adelante, no hay otra forma“.
Después de reemplazar a Martin Schiller a los dos partidos del inicio de la temporada regular de la Euroliga, Zdovc tuvo una batalla personal como nuevo entrenador en un equipo al que le faltaba un jugador clave. Y todo se puso más cuesta arriba al realizarse cambios significativos en la plantilla. Emmanuel Mudiay, quien había sido elegido para liderar el ataque, salía del equipo y Tai Webster llegaba en su lugar. Zoran Dragic también entró para brindar experiencia y potencialmente una dimensión diferente al juego exterior del equipo.
Mientras tanto, Joffrey Lauvergne, el segundo máximo anotador y máximo reboteador del Zalgiris la temporada pasada, era apartado por su lesión. Fue una ausencia que dolió más durante este pequeño período de renovación, ya que la calidad y la experiencia del interior francés también podrían ayudar a suavizar esta transición.
“Insistiremos. Lucharemos. No hay otra opción. Encontraremos la manera de competir con todos los equipos“, dijo Zdovc.
Cuando numerosos aficionados del Zalgiris esperaron a los jugadores después de una derrota en casa ante su gran rival doméstico, el Rytas Vilnius, no los abuchearon ni los insultaron. Simplemente los colmaron de amor y expresaron su apoyo inquebrantable.
Sí, los aficionados “no juegan”. Pero este también es un deporte donde el psicológico es importante y el Zalgiris, que era un equipo que parecía completamente desprovisto de confianza en ese momento, un equipo que parecía haber aceptado su destino perdedor, no sólo necesitaba un sistema adicional en atauqe o una estrategia defensiva diferente, sino también un gran impulso de moral, Es exactamente lo que esos aficionados les dieron.
Algo prometedor
El siguiente partido de la Euroliga para el Zalgiris fue frente al Real Madrid, y la victoria les siguió siendo esquiva -hubiera sido algo parecido a un milagro-, pero el equipo mostró una mejora significativa en comparación con sus partidos anteriores y fue mucho más competitivo. La derrota de 13 puntos daba igual, se estaba cocinando algo bueno.
Menos de una semana después, todo este trabajo y esfuerzo del que hablaba Zdovc después de cada derrota finalmente dio sus frutos. Las desgracias del Zalgiris llegaron a su fin con una victoria por 76-69 sobre el Panathinaikos en el Zalgirio Arena como resultado, principalmente, de un sólido partido defensivo. Zdovc había señalado la dureza y el esfuerzo una y otra vez como las claves para ganar, aunque el equipo también dio brotes verdes en ataque y empezó a encontrar la química.
“Rotamos a muchos jugadores“, dijo Zdovc. Mantuvo a todos frescos usando a 11 de sus jugadores y ninguno durante más de 28:19 minutos en pista, ayudándolos a sacar toda la energía que tenían. “Fue fácil para mí esta noche porque cada jugador que pisó la cancha aportó algo“.
El calor del Zalgirio Arena
Si la primera victoria marcaba el camino que debía seguir el Zalgiris, el siguiente objetivo era encontrar “continuidad”. La siguiente prueba era el Fenerbahce, que vio en su visita al Zalgirio Arena una oportunidad ideal para poner en marcha su motor.
“Estamos deseando que llegue este partido“, dijo el entrenador del Fenerbahce, Sasha Djordjevic. Su equipo venía de dos derrotas consecutivas ante el Armani Milán (más que una derrota, una paliza) y el Bayern de Múnich. “Tenemos que mejorar en muchos pequeños detalles. Tenemos que ser capaces de hacer lo que queramos, ser organizados, cometer menos errores en el tiro y la defensa, y luchar juntos como siempre. Vemos este partido como uno de los más importantes de la temporada“.
La defensa por sí sola no sería suficiente contra el Fenerbahce, como fue contra el Panathinaikos. El Zalgiris necesitaba un toque extra para demostrar que la victoria sobre el equipo griego no fue solo una casualidad. Y apareció el ataque.
Antes de enfrentarse al Fenerbahce, los jugadores del Zalgiris promediaban apenas 69,3 puntos por partido. Lograron 86 puntos esa noche en su actuación más anotadora de esta temporada, mientras mantuvieron a sus oponentes en 75 para ganar su segundo partido consecutivo. Fue sólo la segunda vez que anotaron por encima de 80 tantos esta temporada. El Zalgiris lo había logrado también ante el Real Madrid con 82 puntos, pero el ritmo en ese partido fue mucho más alto.
“Jugamos como un equipo en ataque y defensa“, dijo Zdovc. “Los jugadores hablaron entre ellos, se apoyaron“.
Lo que también fue un espectáculo para los ojos de Zdovc y su cuerpo técnico fueron las 23 asistencias que sus jugadores repartieron, su récord en la temporada, especialmente en comparación con sus 10 pérdidas de balón. El veterano Mantas Kalnietis dio 11 de ellas.
“Fue increíble“, dijo Zdovc. “Fue uno de los primeros jugadores que realmente trató de apoyar mi filosofía. Un líder del equipo con Paulius Jankunas fuera“.
El factor Ulanovas
“¿Eres tú, Edgaras?” Todos habíamos pensado que Edgaras Ulanovas demostraría de inmediato que Kaunas era su hogar después de pasar un año con el Fenerbahce. Que sería el valioso jugador que fue en su anterior etapa en el Zalgiris.
Pero nada más lejos de la realidad.
Quizás ningún otro jugador del Zalgiris tuvo tantos problemas como Ulanovas durante ese inicio de 9 derrotas consecutivas: promediaba 3.3 puntos con pésimo acierto en el tiro y 2.1 de valoración en 22:31 minutos. ¿Era un doble del original?
Ulanovas, el de verdad, se presentó contra el Panathinaikos con 11 puntos, 6 rebotes, 23 de valoración y, sobre todo, un impacto defensivo para liderar al equipo equipo. El alero lituano mantuvo esa nueva (o antigua) versión contra el Fenerbahce, cuando anotó 18 puntos en su “venganza” contra sus ex.
No en mi casa
Después de caer por 96-73 ante el Barça de Sarunas Jasikevicius, el Zalgiris regresó a Kaunas para otro duelo clave, esta vez contra el Baskonia. Ambos equipos se encontraban en situaciones similares, ya que han sufrido cambios de entrenador (aunque Neven Spahija reemplazó a Dusko Ivanovic mucho más tarde, tras la 9ª jornada), con resultados por debajo de las expectativas y que se están quedando atrás en la carrera por los playoffs.
Era imperativo para el Zalgiris mantener su pista inexpugnable y conservar algún tipo de impulso. Los visitantes demostraron ser un hueso duro de roer y, pese a verse 11 puntos abajo, empatar el partido 63-63 con 2:28 por jugarse.
El Zalgiris estaba buscando a alguien que diera un paso adelante y Lukas Lekavicius levantó la mano. Anotó 8 puntos consecutivos en los últimos 2 minutos para mantener a su equipo sano y salvo con su tercera victoria en cuatro partidos.
También repartió 9 asistencias, que fue la guinda del pastel después de una actuación tan impresionante en el momento decisivo.
Un joven de 20 años bautizado en fuego
Lukas Lekavicius, Mantas Kalnietis y Edgaras Ulanovas han estado a la altura de las circunstancias, pero eso es lo que se espera de ellos. Lo que llama la atención es el chico joven al que no afectó la presión mientras su equipo estaba hambriento de resultados. Tras hacerse un hueco en el quinteto, Marek Blazevic aprovechó sus 15 minutos en pista de promedio durante estas tres victorias con 8,6 puntos (en 8 de 14 tiros) y 3 rebotes por partido.
Por cierto, no te atrevas a hacer “Hack-a-Blazevic”. Ha anotado 21 de sus 25 tiros desde la línea esta temporada, incluido un perfecto 10 de 10 en las tres victorias.
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Photo: EuroLeague Basketball