La era Glickman fue corta y sin avances: la Euroliga cambia de rumbo

2023-06-06T14:20:11+00:00 2023-06-06T20:54:40+00:00.

Alex Madrid

06/Jun/23 14:20

Eurohoops.net
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La Euroliga busca un nuevo CEO tras un año perdido y sin un camino claro para el futuro.

Por Aris Barkas / barkas@eurohoops.net

La decisión de Marshall Glickman de dimitir de su cargo de CEO en funciones de la Euroliga una vez finalizado su contrato no fue inesperada. Los clubes accionistas de la competición decidieron poner fin a un experimento que simplemente no funcionó.

Por supuesto, no es culpa de Glickman, que tuvo que hacer equilibrios muy difíciles como primer CEO de la Euroliga tras 20 años de mandato de Jordi Bertomeu. Sin embargo, en los meses que estuvo en el cargo, Gklikman no fue capaz de ofrecer al menos un plan definido para el futuro y la notoria expansión.

Los accionistas de la Euroliga esperaban que estas cuestiones se abordaran en abril, en la reunión previa a la Final Four. Al final, no hubo resultados en esa reunión, las conversaciones sobre la gestión eclipsaron todo lo demás y no hubo cambios durante la Final Four.

Glickman no es un personaje desconocido en el panorama de la Euroliga. Al contrario, también es asesor del FC Barcelona en el proyecto del nuevo pabellón y su primera presencia en una Final Four de la Euroliga se remonta a 2003, también en Barcelona, como reconoció durante su encuentro con la prensa en Kaunas.

Sin embargo, la Euroliga es muy peculiar, con 13 clubes-accionistas que en ocasiones pueden tener intereses contrapuestos. Además, a todos les sigue importando sobre todo ganar en la cancha y, en segundo lugar, el aspecto comercial.

El futuro y Dubái

A estas alturas es obvio que Gklickman no contaba con el apoyo real de ninguno de los 13 accionistas, siendo quizás el Maccabi Tel Aviv la única excepción. Así que su futuro estaba prácticamente dictado y no había forma de que su contrato fuera prorrogado.

Esto deja a la Euroliga tal y como estaba cuando Jordi Bertomeu fue destituido. Hay una necesidad urgente de un nuevo CEO y la posibilidad de que un miembro de un club asuma el liderazgo, al menos de forma interina, no se puede excluir en este momento.

Los nombres de Paulius Μotiejunas, del Zalgiris, Alper Yilmaz, del Efes, y Maurizio Gherardini, del Fenerbahçe, entre otros, se barajan extraoficialmente. Sin embargo, es demasiado pronto para descartar nada y parece que sólo es cuestión de tiempo -que la Euroliga está intentando comprar ahora- que se inicie una búsqueda adecuada desde cero a través de los canales oficiales de un director general cualificado con experiencia empresarial.

Mientras tanto, la presencia de Dejan Bodiroga como presidente puede servir como garantía de estabilidad y continuidad, dando un rostro a la competición en las conversaciones en curso con la FIBA y también en los planes de expansión, que ya se han retrasado y deben finalizarse a tiempo si la Euroliga no quiere retrasarlos para el verano de 2025.

Y aunque esos planes pueden incluir dar licencias a largo plazo a equipos que ya forman parte de la competición, la patata caliente sigue siendo la expansión a Londres, París y, por supuesto, Dubái, que está a otro nivel económico y da a la Euroliga la capacidad de moverse hacia Oriente Medio, algo que ya ha hecho la NBA con Abu Dabi y la FIBA con la decisión de otorgar el próximo Mundial a Catar.

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