Fenerbahce, la caída de un imperio

2020-12-18T18:23:43+00:00 2020-12-18T19:33:28+00:00.

Alex Madrid

18/Dic/20 18:23

Eurohoops.net

El Fenerbahce tocó fondo en Kaunas. ¿Qué ha sido del equipo que dominaba Europa?

Alex Madridamadrid@eurohoops.net

Hace no mucho, el Fenerbahce era el conjunto más sólido de la Euroliga. De hecho, es el último equipo que lideró la tabla de la clasificación de una fase regular completa. Parece que ha pasado un mundo de aquello. Los turcos se encuentran ahora perdidos, navegando a la deriva por una competición que no tiene memoria, en la que los equipos aprovechan una mínima debilidad para hurgar en heridas abiertas y pasar por encima.

En Kaunas, el Fenerbahce tocó fondo. Siete derrotas en los últimos ocho partidos, cayendo por más de 22 puntos de media. Se hunden en una clasificación que, recuerdo, hace no tanto dominaban con puño de hierro, con Zeljko Obradovic al frente. Fantasmas del pasado.

El dedo acusatorio apunta ahora a Igor Kokoskov, al que no quiero eximir de su gran parte de culpa. Aterrizó con un currículum que invitaba a ser optimista en la obligada transición, pero también con la difícil misión de relevar a un exhausto Obradovic que había sufrido el desgaste de una terrible temporada. Y es que, de nuevo, la memoria es corta, ya que los problemas del Fenerbahce no son nuevos.

Más allá de los problemas económicos del club, el equipo lleva sumido en una profunda crisis deportiva durante el último año y medio. La pasada campaña arrancaron la Euroliga con un balance de 5-11 (peor que el 5-10 actual), mostrando una falta de actitud y compromiso alarmantes. Y, aunque no bajaron los brazos tan fácilmente y con tanta frecuencia como ocurre actualmente, algún resultado fue sonrojante… y provocó cierta tensión.

Cierto es que, en el momento en el que se detiene la competición por la pandemia, estaban enganchandos a la pelea por los playoffs. Una remontada, propiciada por la calidad indivicual de la plantilla y no por el colectivo. Como poner un tirita tras recibir un navajazo.

A todo aquello hay que sumarle ahora la marcha de miembros del núcleo fuerte como Kostas Sloukas, Nikola Kalinic, Gigi Datome o de un vilipendiado Derrick Williams, al que se le acusó érroneamente de ser el gran problema la temporada pasada (los aficionados turcos esperaban que encajara como anillo al dedo y se convirtiera en una copia de Nicolo Melli), que han reducido notablemente la calidad del roster.

Si me centro en el aspecto deportivo y me cuestiono el factor común entre ambas temporadas, muy a mi pesar encuentro una alteración respecto a años anteriores: Nando De Colo.

A principios de julio de 2019, la decisión del escolta francés de fichar por el Fenerbahce sacudió la Euroliga. Era un golpe tremendo al resto de candidatos al título, ya que el jugador que más talento ofensivo de la última década en Europa reforzaba una plantilla temible. Sin embargo, no tardé mucho en cuestionarme si su decisión fue la correcta.

Desde su llegada a Estambul, trató de erigirse como la cabeza visible grupo que, según mi impresión, cuestionó o simplemente no aceptó el liderazgo de De Colo. Cada partido, parece librar una guerra particular ante la falta de apoyos y de integración. Una pena ver cómo podría estar desaprovechando su calidad en un equipo sin aspiraciones.

Maurizio Gherardini, arquitecto del Fenerbahce que estremecía a Europa, ve ahora cómo prácticamente todos sus movimientos de los dos últimos años son cuestionados. Y todo hace indicar que el fichaje de Marko Guduric es un nuevo parche que apaciguará a las masas apenas un par de semanas. Su obra, todo un imperio, se desmorona.

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