Por Eurohoops team / info@eurohoops.net
La extensión de contrato de Mikal Bridges, la llegada de Mike Brown al banquillo y los fichajes de Jordan Clarkson y Guerschon Yabusele dan forma a un nuevo combinado de talentos.
Con la plantilla de veteranos y nuevas incorporaciones, el equipo parece decidido a superar la histórica clasificación a las Finales del Este de la temporada pasada. Y eso ya se percibe también fuera del parqué, dado que el interés por conseguir entradas para los New York Knicks se ha disparado desde que se conocieron estos movimientos.
Mikal Bridges, ¿futuro rostro de la franquicia?
El alero viene de renovar su contrato con los Knicks, confirmando lo que muchos intuían desde su llegada en 2024, que estaba llamado a convertirse en el nuevo rostro de la franquicia.
Con apenas 28 años, Bridges ha demostrado ser mucho más que un jugador sólido. En su primera temporada completa con los Knicks, promedió 17,6 puntos con un 50% en tiros de campo, lideró la liga en minutos jugados y fue esencial en el camino del equipo hasta las Finales del Este, con jugadas decisivas como el robo del partido 1 y el tapón del partido 2 ante los Celtics.
Su durabilidad es casi mitológica: ha jugado los 82 partidos de cada temporada desde que debutó, y ya acumula más de 500 encuentros sin ausencias, algo que solo 17 jugadores han conseguido desde 1971. Más allá de los números, Bridges aporta una cultura de trabajo, disciplina defensiva y versatilidad que encajan a la perfección con lo que los Knicks quieren construir.
Mike Brown es igual a experiencia, defensa y estructura
Ningún proyecto ambicioso se sostiene solo con talento y por eso, el anuncio del verano fue la incorporación de Mike Brown como nuevo entrenador principal. Brown no necesita presentación: ha sido Coach of the Year en dos ocasiones, dirigió a LeBron en sus primeros años de gloria en Cleveland, llevó a los Warriors a un récord perfecto como técnico interino en playoffs, y más recientemente convirtió a los Sacramento Kings en el equipo más explosivo de la liga.
Con él al mando, los Knicks suman no solo experiencia en las Finales, sino una estructura defensiva sólida y una capacidad probada para desarrollar jóvenes talentos sin sacrificar la competitividad inmediata. En Sacramento, Brown rompió la sequía de 17 años sin playoffs y diseñó la ofensiva más eficiente desde que existen registros avanzados.
La combinación entre la ética de trabajo de Bridges y la metodología imparable de Brown puede ser el ancla de una cultura ganadora que llegó para quedarse. Se espera que a través de ellos la franquicia consiga algo de estabilidad después de varios altibajos.
Jordan Clarkson, dinamita en el banquillo
Otra de las noticias del verano ha sido la llegada Jordan Clarkson, quien va a poner su parte desde el banco, algo que quizá ha faltado en temporadas pasadas. Clarkson es el máximo anotador suplente en activo en toda la NBA, con más de 8.000 puntos saliendo desde la banca, y fue Sexto Hombre del Año en 2021.
El escolta de 33 años no viene a competir por minutos, sino a aportar desde la consistencia, experiencia y la capacidad de romper partidos estancados por el agotamiento de los que ya están en el parqué.
Ha anotado 40 o más puntos desde el banco en cuatro ocasiones y, además de lo anterior, ha sido capaz de mantener promedios cercanos a los 20 puntos en distintas franquicias, sin importar su rol.
Su perfil parece encajar como una pieza de rompecabezas con las intenciones ofensivas de Brown, que necesita jugadores capaces de generar su propio tiro, absorber responsabilidad en momentos calientes y mantener el ritmo anotador cuando los titulares descansan.
Guerschon Yabusele, el comodín internacional
Aunque su nombre no suena tanto en las conversaciones NBA de la actualidad, Guerschon Yabusele llega a Nueva York en su mejor momento.
Después de tener sus minutos de fama en la Euroliga, al ganar títulos con el Real Madrid y ser figura en la selección francesa que obtuvo la plata olímpica en París 2024, el ala-pívot francés volvió a la NBA.
En su última temporada con los 76ers, promedió 11 puntos, 5,6 rebotes y un 38% en triples en más de 70 partidos. Su físico potente (dotado de 2,03 metros y 120 kilos de puro músculo) y su capacidad para estirar el campo lo convierten en una pieza interesante para la rotación interior, ya sea como suplente de Julius Randle o en quintetos más físicos y defensivos.
Yabusele no aparenta ser un fichaje más, ya que se trata de un jugador con experiencia internacional, adaptable a distintos sistemas y con la mentalidad ganadora que todos los cambios anteriores requieren.